El éxodo de mexicanos nivela el número de indocumentados en EE.UU.
Familias de inmigrantes centroamericanos se entregan a la patrulla de frontera de EE.UU.
Familias de inmigrantes centroamericanos se entregan a la patrulla de frontera de EE.UU. John Moore/Getty Images
La población de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos se ha estabilizado en 11,2 millones desde la Gran Depresión, según un nuevo informe. Entre 2009 y 2012, el número de estas personas cayó en 14 estados y subió en siete.
El Centro de Investigación Pew, que analizó datos de la Oficina del Censo, concluyó que la nivelación ocurrió como resultado directo de la reducción de la población de indocumentados mexicanos. Esa tendencia fue equilibrada por el aumento reciente en llegadas de indocumentados de Centro América.
“Los números mexicanos han estado cayendo significativamente pese a que las cifras de inmigrantes indocumentados a nivel nacional se han mantenido constantes”, dijo Jeff Passel, demógrafo sénior del centro independiente. Eso resultó tanto de un aumento en la partida de mexicanos como de una caída en sus llegadas.
Desde 2007, ha habido más personas que han salido de EE.UU. para volver a México que los que han llegado de ese país, sostuvo Passel. Esas partidas han sido tanto voluntarias como involuntarias, ya que el gobierno de Barack Obama deportó a cientos de miles de inmigrantes indocumentados cada año.
Entre 1998 y 2001, los mexicanos llegaban a EE.UU. una tasa de 700.000 por año para ocupar puestos en las industrias de la construcción, hospedaje y otros sectores de mano de obra barata. La tasa, sin embargo, se derrumbó a entre 140.000 y 160.000 entre 2011 y 2012.
México ha sido la principal fuente de indocumentados que ingresan a EE.UU. al menos desde 1995, cuando Pew empezó a seguir las tendencias migratorias. En un giro, en ese entonces cerca de 80% de los inmigrantes mexicanos que ingresaron a EE.UU. lo hicieron sin autorización. Hoy, 80% de ellos ingresa legalmente. En 2012, había 5,9 millones de mexicanos indocumentados en EE.UU. comparados con siete millones en 2009.
La población de indocumentados, que ha provocado un encendido debate nacional, alcanzó un máximo de 12,2 millones en 2007.
El debate cobró nuevos bríos recientemente cuando Obama reafirmó su intención de tomar una acción ejecutiva para detener las deportaciones y ofrecer permisos de empleo a millones de personas que viven sin permiso en EE.UU. Los líderes republicanos, que controlarán la Cámara de Representantes y el Senado el próximo año, han cuestionado la autoridad del presidente para tomar esa decisión.
Arizona, Nevada y Georgia, donde la construcción se ha debilitado debido a la crisis hipotecaria, están entre los estados donde la población de indocumentados cayó entre 2009 y 2012, según el informe.
“Todo indica que los grandes flujos previos a las recesiones crearon una sobreoferta de mano de obra inmigrante barata en la construcción de casas”, dijo Roberto Suro, director del Instituto de Política Tomás Rivera de la Universidad del Sudeste de California.
En México, las presiones que antes empujaban a las personas a buscar empleo en EE.UU. se han relajado. Por ejemplo, la economía de México ha estado absorbiendo mayores proporciones de nuevos miembros de la fuerza laboral que a fines de la década del 90 o antes de la recesión estadounidense. Las familias mexicanas son más pequeñas, lo que también induce a menos trabajadores a hacer la travesía hacia el norte para ganar dinero. También han sido desanimados por las bandas criminales que algunas veces los extorsionan y que han matado a algunas personas en su camino hacia EE.UU.
Pero las presiones no aflojan en otros países, provocando que personas de otros países pobres y plagados de violencia como El Salvador, Guatemala y Honduras intenten llegar a EE.UU. “El hecho de que estas personas de Centro América sigan viniendo debe ser un recordatorio de que cuando la gente tiene motivos, hará el viaje a pesar de los costos y peligros sustanciales”, dijo Suro.
En el tercer trimestre, un alza en la llegada de madres y niños junto con cifras récord de menores indocumentados de aquellos países que entraron por la frontera sudoriental creó una crisis política interna. Muchos republicanos dijeron que la ola era una prueba de que se necesitaba reforzar aún más la seguridad en la frontera antes de que el Congreso pueda considerar cualquier reforma para legalizar a los inmigrantes indocumentados en el país.
Los 8,1 millones de inmigrantes indocumentados que estaban trabajando o buscando empleo en 2012 representaron 5,1% de la fuerza laboral. Su representación de la fuerza laboral fue la más alta en Nevada en 2012, con 10,2% del total.
En estados donde los inmigrantes indocumentados representan una pequeña proporción de la población general, como Alabama, Georgia y Carolina del Sur, su presencia ha especialmente alimentado controversia. “Si analizas la proporción de indocumentados que representan la fuerza laboral total o sus números en relación a la población en esos estados, definitivamente no son tantos”, dijo Passel.
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