La verdadera inclusión
Instituto Libertad y Desarrollo, Perú
No hay elemento más potente para incluir en una sociedad que la propiedad. No hay persona mejor incluida que el propietario. Esta al parecer no es una verdad de Perogrullo para nuestros políticos, pues es una afirmación que no les es evidente. En el incanato con el Ayllu, en la colonia con los pueblos toledanos y en la república con la desprotección de los derechos de propiedad, el Perú nunca ha sido un país de verdaderos propietarios. Jamás fue un territorio de incluidos.
La generación de la riqueza de un país descansa en derechos de propiedad fuertes y bien protegidos. No es el caso del Perú. “Necesito dinero para seguir trabajando, pero el banco no me da porque la propiedad superficial se la disputan dos comunidades, por lo que no puedo asegurar ningún trato válido y seguro con ninguna de ellas”. Estas palabras me fueron dichas por dos peruanos emprendedores que siempre trabajaron y movieron la economía del país a pesar del Estado. Generan riqueza extrayendo del subsuelo el mineral cotizado. Pero no son dueños de la propiedad superficial. Y tampoco los supuestos dueños se ponen de acuerdo.
¿Cómo un país no puede asegurar las mínimas condiciones para que los emprendimientos lleguen a realizarse y así generen riquezas para ellos, sus familias y la nación en general? “La zona de Chala donde está el Hotel de Turistas es la antigua Chala, hecha por los pescadores. Todo lo demás, la más extensa, es la zona reciente construida por la economía minera”, me decía el taxista que me trasladaba por este poblado costeño que es cruzado por la carretera Panamericana. Si la minería artesanal está construyendo el nuevo Perú en varias zonas del país ¿por qué no la formalizamos mediante el otorgamiento del poder de la propiedad?
Pero ni siquiera en Lima la propiedad (relacionada a los límites distritales en este caso) está bien definida (o respetada). Basta recordar los problemas que tienen los distritos de San Isidro y Magdalena del Mar, donde el primero sigue avanzando por las calles y parques del segundo, como una marea alta que invade terrenos sin pedir permiso a nadie. Los empresarios y otros emprendedores ya no están seguros a quien pedir la autorización para levantar un edificio de departamentos o de oficinas prime, un centro comercial o una pequeña tienda. Si esto sucede en la zona con la población más educada, adinerada y con el mejor Índice de Desarrollo Humano del país ¿qué podemos esperar del resto del Perú?
“Un consultor ambiental me cobra más de veinte mil dólares, y más los impuestos que debo pagar al Estado, mi capital se me va. Y lo peor es que la licencia para trabajar la tengo por muy pocos años, y por ello el banco no me presta plata”, escuchaba decírmelo un minero artesanal (o informal o ilegal o cual sea la etiqueta que le pone nuestro Estado abusivo y excluyente). Conversando con muchos de ellos, realmente pude darme cuenta que sus rostros reflejaban también preocupación por el tema ambiental (no eran mineros de la selva, que eso sí es otra historia) pero esta quedaba en un segundo plano frente al problema del financiamiento, vencimiento de permisos y pago a los trabajadores. ¿Cómo podemos esperar que alguien cuide la naturaleza si no tiene la certidumbre si continuará trabajando el próximo año con permiso del Estado y ni siquiera es dueño del terreno donde realiza su actividad económica?
El Estado peruano (y el de todos los países de Latinoamérica, poco más, poco menos) solo ha existido para proteger los derechos de propiedad y los intereses de las clases detentadoras del poder político y económico, y no el de todos los ciudadanos. Ni siquiera la reforma agraria dada por el dictador militar de izquierda Juan Velasco Alvarado dio la propiedad a los campesinos (esto recién se dio con todos los títulos -como enseña la experiencia internacional- en los años noventa).
Pero algo sí hace, y muy bien, nuestro Estado excluyente: expoliar la poca riqueza que generan los peruanos emprendedores y trabajadores. “Desde que me formalicé, solo me han llovido visitas del OEFA (Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental) y cobros de la SUNAT”. Palabras que escuchaba decir a estos mineros artesanales provenientes de diversas partes del Perú reunidos en Chala. ¿Formalizarlos sin darles propiedad pero sí para hostigarlos y arrebatarles el dinero que van generando, sin asegurarles que pueden seguir laborando por más años?
El Perú inició su transformación a partir de la última década del siglo pasado luego del paulatino abandono desde el Estado de las ideas equivocadas que contaminaron las oficinas gubernamentales desde la fundación de la república (sin embargo, aún falta muchísimo por recorrer), siendo lo más revolucionario el proceso de convertir en propietarios individuales a cientos de miles de peruanos en las zonas rurales (sobre todo en la sierra) y en las urbano-marginales (recordemos la campaña de titulación de miles de casas y edificaciones ubicadas en las zonas periféricas de las principales ciudades del país). Pero el proceso debe continuar y ampliarse a todos los sectores económicos y a todos los ciudadanos del país. Solo con propiedad individual, el hombre es realmente libre.
Los primeros colonos ingleses que ocuparon el actual Estados Unidos de América fueron llevados allá para que generen riqueza pero sin darles propiedad. El resultado fue una hambruna que mató a ocho de cada diez hombres, y los sobrevivientes tuvieron que recurrir al canibalismo. Era el invierno de los años 1609 y 1610. ¿Cómo entonces, una región de este continente, con nativos sin gobierno central y colonos muriendo de inanición y recurriendo a prácticas caníbales se transformó en la primera potencia mundial? Con títulos de propiedad individual. Luego de la hambruna, la Virginia Company, aquella empresa que llevaba colonos ingleses a Norteamérica, entregó finalmente títulos de propiedad a cada colono y miembros de su familia. La expansión hacia el oeste y su transformación en superpotencia global, es historia conocida ¿Espera el Estado peruano que lleguemos al canibalismo para aprender de la historia? Solo con propiedad individual, el hombre prospera. Solo la propiedad hace la verdadera inclusión.
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