Venezuela: Hecatombe monetaria
Venezuela mantuvo durante casi 60 años una estabilidad financiera y monetaria, producto de regímenes autoritarios (Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez, Eleazar López Contreras y Marcos Pérez Jiménez), los denominados gobiernos andinos, que manejaron el país con eficiencia conservadora, de economía tipo casera ancestral. Y aunque hubo dolo y corrupción administrativa, la economía en general fue sana, con una moneda de plata, fuerte y solvente, aceptada y reconocida en el mundo entero. Durante el régimen del general Juan Vicente Gómez se puso orden en las finanzas públicas, se pagó la deuda externa del país que provenía desde nuestra etapa independentista; ello concebido por los intelectuales especialmente positivistas- que acompañaron la gestión gomecista, por que al "Titano de La Mulera" le gustaba verse rodeado de preclaros doctores, que aunque se puedan cuestionar, eran esencialmente nacionalistas.
Al caer el gobierno de Pérez Jiménez, y con el arribo de la llamada "democracia representativa", comenzó la debacle; en el período de Rómulo Betancourt (1959-1964), el bolívar sufrió una devaluación, pasando de Bs. 3,35 a 4,30 por dólar norteamericano, e implantándose un control de cambio, que se mantuvo hasta 1964. Situación y paridad mantenida hasta el 18 de febrero de 1983, cuando se produjo el catastrófico "viernes negro", devaluando a Bs. 7,50, y creándose la infeliz Recadi; resultante de los dislates cometidos en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974-1979), que se patentizo cuando Luis Herrera Campins (1979-1984), en su toma de posesión declaró: "Recibo un país hipotecado". Herrera tuvo una gestión plagada de vicios e inoperancia. Seguidamente advino al poder el corrupto y desvergonzado Jaime Lusinchi (1984-1989), quien firmó "el mejor refinanciamiento del mundo", reconociendo la deuda externa, que fue calculada en unos 33 mil millones de dólares. El gobierno del "barragano" se caracterizó por la comisión de toda clase de delitos contra el erario público; para completar la faena, le sustituyó el caradura Carlos Andrés Pérez II, con la imposición del "Paquete económico" según receta del Fondo Monetario Internacional, que terminó con la defenestración del "Gocho" en 1993. Ya en el sistema bancario se presentaban grietas y distorsiones, se habían producido la quiebra de los bancos BND (Banco Nacional de Descuento) en 1978; Banco de los Trabajadores de Venezuela, 1982 y la del Banco de Comercio, en 1985; además sociedades financieras, de seguros y de corretaje, cerraron sus puertas. Pero lo peor estaba por venir. Tiene lugar la presidencia transitoria del doctor Ramón José Velásquez, entre el 5 de junio de 1993 hasta el 2 de febrero de 1994; y como una clarinada el Banco Latino salió de la Cámara de Compensación el 13 de enero de 1994, desatándose un efecto "dominó" a partir de allí, cuando los "banqueros prófugos" estafaron a sus clientes y a la nación.
Rafael Caldera (1994-1999) decrépito y senil dejó hacer a sus ministros y asesores, Gustavo Roosen, Eglee Iturbe y compañía, implementando los "Auxilios financieros I y II", otra burda estafa contra el erario público; los bancos Amazonas, Bancor, Barinas, Construcción, La Guaira, Maracaibo y Metropolitano, caen en una primera oleada, les siguen, Venezuela, Consolidado y Progreso; finalmente colapsan, Ítalo-venezolano, Profesional y Principal. Los intereses llegaron a superar los 3 dígitos, y la inflación se calculó en casi un 78%; a finales de 1998 un dólar costaba 565 bolívares.
Triunfa Hugo Chávez (1999-2012) y comienza el "despelote". El barril petrolero apenas superaba los $7, y se produce un poderoso y sostenido incremento de su precio, manteniéndose por casi 12 años por encima de los 100 dólares, cuyos inimaginables ingresos más de billón y medio de "billetes verdes"- engrosaron superlativamente las arcas nacionales; la "riqueza saudita" los obnubiló, se dilapidaron en planes "faraónicos" cuantiosos recursos, las cooperativas fueron una auténtica estafa; la corrupción, fantasía, ayudas y regalos a países "amigos" y otros no tanto, se hicieron evidentes.
Se crearon "sopotocientas" misiones, ministerios, organismos, simposios, cumbres, organizaciones regionales satélites (ALBA, Petrocaribe y Unasur), y ello con un férreo control de cambios; a partir de 2007 se comenzó a incrementar la deuda externa aceleradamente, Maza Zavala dixit. Se distorsionó la moneda con la eliminación de los "tres ceros", naciendo el llamado "bolívar fuerte"; se repatrió el oro nacional, que estaba depositado en Europa, que respaldaba el poder adquisitivo de la moneda. Poco a poco el dólar fue ganando terreno; de Bs. 2.150 anteriores, se simplificó en 2,15 de los nuevos, llegó a 4,30; y en los dos últimos años (Cencoex, 6,30; Sicad I, 12, 70; y SICAD II, casi a 50 Bs.) ha ido devaluándose, hasta llegar el referencial y oficial Simadi, cuya paridad está cercana los 180 bolívares por dólar. Lo que ha provocado un "disparo" en la divisa paralela que ya supera los 240 bolívares. Lo que se avecina es de pronóstico reservado, no hay economista que lo pueda calcular ni imaginar.
- 23 de julio, 2015
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