Los problemas de Puerto Rico están ligados a los salarios de EE.UU.
La crisis de la deuda de Puerto Rico tiene mucho que ver con que la economía local haya estado perdiendo puestos de trabajo durante años. Y esto, dicen los economistas, se debe en parte a que la isla funciona bajo las mismas reglas que los más prósperos 50 estados de la Unión.
En el estado libre asociado de Puerto Rico rige el salario mínimo federal de US$7.25 la hora, a pesar de que los ingresos y productividad local son significativamente más bajos que en Mississippi, el estado más pobre de EE.UU. El salario mínimo en Puerto Rico equivale a 77% del ingreso per cápita, en comparación con 28% en los EE.UU. en general.
Según un informe de 2012 de Banco de la Reserva Federal de Nueva York, en 2010 aproximadamente un tercio de los trabajadores de la isla ganaban el salario mínimo, en comparación con sólo 16% de la parte continental de EE.UU. El salario mínimo, dice el informe, contribuyó a la falta de puestos de trabajo para los trabajadores menos calificados, en parte porque las empresas pueden trasladarse a países vecinos que tienen salarios más bajos.
Estos problemas quedan al descubierto en un informe del gobierno de Puerto Rico dado a conocer el lunes por Anne Krueger, una ex alta funcionaria del Fondo Monetario Internacional. La economía puertorriqueña, que está en recesión desde hace nueve años, ha pasado apuros para crear puestos de trabajo y ha tratado de compensar la situación adversa mediante exenciones tributarias generosas para las empresas y apoyos a los ingresos de los residentes.
El resultado es que Puerto Rico, que tiene una carga de deuda de más de US$72.000 millones, se está quedando sin efectivo para pagar a sus prestamistas y mantener los servicios básicos en funcionamiento.
La falta de competitividad de la isla se puede apreciar en el escaso crecimiento de industrias que requieren baja cualificación y en las que se pagan bajos salarios como el turismo. El número de plazas hoteleras en la isla ha cambiado poco desde la década de 1970, y la llegada de turistas se ha reducido en la última década, según el informe de Krueger.
El salario mínimo es alto respecto de la productividad laboral promedio. Un estudio del Banco Mundial de 2012 juzgó que la relación entre el salario mínimo de Puerto Rico y el valor agregado por trabajador fue de casi el doble que el de Bahamas y Jamaica y tres veces superior al de la parte continental de EE.UU.
Las débiles perspectivas de empleo han llevado a los puertorriqueños, que son ciudadanos estadounidenses, a buscar trabajo en lugares como Florida, Nueva York y Nueva Jersey. Desde el año 2000, el empleo total se ha reducido 11% en Puerto Rico, mientras que en EE.UU. continental es 7% mayor. Más del 27% de los puertorriqueños entre 15 y 24 años estaban desempleados en 2013 en comparación con casi 16% en EE.UU.
En la década de 1970, preocupados porque la isla creara competencia a los puestos de trabajo del continente mediante salarios más bajos, los sindicatos nacionales presionaron para que el salario mínimo federal cubriera también a Puerto Rico. La medida eliminó la ventaja económica comparativa de la isla, al tiempo que las exenciones fiscales diseñadas para atraer a las multinacionales hicieron poco para generar un crecimiento permanente del empleo, dijo Barry Bosworth, un economista de la Brookings Institution en Washington.
La dinámica del mercado laboral es sólo una parte del problema de la economía puertorriqueña, que también enfrenta pobre inversión empresarial, alta evasión fiscal, una electricidad inusualmente cara y otros costos de vida.
La Ley Jones de 1920 requiere que la mayoría del comercio entre puertos estadounidenses se realice a través de una pequeña y específica flota de barcos con bandera estadounidense. Lo cual significa que apenas un puñado de barcos viaja a Puerto Rico. Esto limita la competencia y aumenta el costo de los productos básicos. El informe Krueger recomienda que el Congreso de EE.UU exima a Puerto Rico de esta cláusula de la Ley Jones, siguiendo exenciones similares establecidas para las Islas Vírgenes.
El abuso de los programas de beneficios sociales ha hundido aún más la participación laboral. Los pagos de transferencias, tales como los cupones de alimentos y los beneficios por discapacidad, representan aproximadamente 40% del ingreso personal en Puerto Rico, el doble de lo que representa en el territorio continental de Estados Unidos, según la Fed de Nueva York.
- 23 de enero, 2009
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