Perú: Verónika y su infecunda nostalgia revolucionaria
Es elogiada, entre otras razones, por su lenguaje diáfano y por reunir en su visión la cosmogonía quechua con la que creció y el racionalismo francés en el que se educó ya joven y con el espíritu desasosegado con la realidad de su país (combinación aportada por su madre francesa y su padre oriundo de Andahuyalillas, de la provincia de Quispicanchi en Cusco).
Si bien es cierto sus intervenciones públicas, desde el escaño que ocupa en el Congreso de la República o en alguna entrevista televisiva, gozan del énfasis que renueva la atención no sólo de sus votantes sino de los que van sumándose a la simpatía por su figura política –con los bríos que su juventud activista le permite–, no hace falta ser puntilloso para distinguir la propuesta concreta del discurso del orden (desigualdad y jerarquías) para la tribuna, éste último utilizado para hacer asomar sólo ecos ininteligibles de una idea crítica de la sociedad. Sandro Venturo, a propósito, analiza muy bien en su libro Contrajuventud la vinculación entre los discursos y los horizontes político-culturales, y cómo es que los jóvenes, al igual que la protagonista de este artículo, hacen visible su descontento desde su imaginario y sus componentes simbólicos.
Verónika Mendoza fue elegida congresista de la República por la región Cusco y perteneció a las filas del nacionalismo hasta el 2012, año en que por serias divergencias con su grupo político cuyo líder es el actual Presidente Ollanta Humala, renunció, agravando sus críticas contra la gestión del Ejecutivo, acusándolo de mantener un sistema de gobierno contrario a los principios del movimiento que la llevó al poder. Sus constantes participaciones a favor de causas como la afirmación del principio de estado laico, el matrimonio igualitario o la despenalización del aborto en caso de violación ha logrado que el caudal de adherentes a su actuación pública se haya incrementado y que a partir de sus réditos políticos se haya animado, junto a otros jóvenes rostros de la política, a fundar un prospecto de partido, claramente de orientación izquierdista, con aspiraciones a un mayor protagonismo en los debates nacionales y en la representación electoral.
En cuanto al lenguaje diáfano y la cosmogenia quechua (sic), pues los encontré mencionados en la presentación de una entrevista[1] realizada a la congresista Mendoza, presentación propia de un deslumbramiento que tiene más de alarde que de prudente observación. En dicha entrevista, y al hacer un breve recuento de su niñez, se refiere que desde pequeña descubrió el mundo del socialismo a través de su madre: ella [su madre] se hizo profesora de matemática en la Universidad Nacional de Cusco después de haber llegado a Perú tras la huellas del Che. Aquí ya se hace evidente lo que ocurrecuando la exaltación por algunos capítulos de la historia reciente no se contrapesa con la debida crítica para ponderar mejor el juicio de lo sucedido. La congresista ve a la distancia, con nostalgia y admiración, la figura de su madre siguiendo los pasos del Che revolucionario, envalentonado e idealista; pero no guarda un espacio de crítica para la otra cara de esa misma moneda, la del Che torturador, belicista y asesino; el que reemplazó la tiranía de Batista con juicios y ejecuciones sumarias, es decir, otra tiranía, después de tomar la Habana. Podría parecer un detalle nimio en el balance, pero con estas nimiedades se van consolidando las miradas sectarias de la historia.
En otra parte de la entrevista, Mendoza asegura que gracias a Eduardo Galeano entendió que en el mundo a uno le roban la memoria para mantenerlo bajo dominio de ciertos poderes; y que fue el escritor Arguedas quien la inspiró para reivindicar la fuerza de la tradición como resistencia y motor de liberación. En el terreno de la ambigüedad –y en el tablero de la política, sobretodo– cualquier declaración victoriosa aunque imprecisa encajará con el ánimo proselitista que el momento requiere. Por eso es necesario, para un mejor análisis, ubicar en el contexto adecuado las declaraciones de la congresista, asumiendo con inmejorable criterio que su visión política, bastante nebulosa aún, se inspira en lo logrado por Podemos en España o Syriza en Grecia, paralelismos que hacen algunos medios con la nueva agrupación de Mendoza y que a ella y compañía no parecen incomodar.
Es oportuno, entonces, señalar que el Galeano de las Venas Abiertas es quien prevalece en el pensamiento de Mendoza. No es quien antes de morir desautorizó su propia obra, cuando en la Bienal del Libro y la Lectura de Brasilia de 2014 declaró que no sería capaz de leer su texto de nuevo, escrito en esa prosa de izquierda tradicional aburridísima, y porque según el propio escritor, en aquella época no tenía la formación suficiente para rematar aquella tarea: “[Las Venas Abiertas] intentó ser una obra de economía política, solo que yo no tenía la formación necesaria.”[2] El Galeano que prefiere Mendoza no es el autocrítico de los últimos tiempos, sino el otro, el de la elucubración cerril y anacrónica. Y de otro lado, reivindicar la tradición como fuerza para la liberación y la resistencia, en nombre de Arguedas, es un galimatías que, sinceramente, sólo ella podría resolver.
Se declara, igualmente, admiradora de pensadores como José Carlos Mariátegui. Y de nuevo tropezamos con las arenas movedizas de la tendenciosa parcialidad con que Mendoza interpreta a sus modelos intelectuales. No precisamos si admira a aquel quien se decantó por los logros y desafíos de Occidente: El Occidente es, ante todo, acción, voluntad, energía. Su civilización es la obra magnífica de estas fuerzas que han alcanzado un grado místico de exaltación creado[3], aquél que admiraba el espíritu emprendedor de los Estados Unidos, ese “estado naciente”, y que utilizó el marxismo sólo como un método y no como una doctrina catequística;[4] o, si por el contrario, admira a la figura que, según el ensayista Juan Carlos Valdivia Cano, han construido los que lo canonizaron reduciéndolo a su mínima expresión: marxista leninista, al fin. Un fantasma del que hablan los mariateguistas refiriéndose a sí mismos, creyendo hablar de él. Si nuevamente ponemos en contexto el norte de su agenda política (esa de la justicia social y del bien común, por cierto, lugares comunes del libreto colectivista muy ajenos al “lenguaje diáfano” que incomprensiblemente se le asigna), podemos hacernos una mejor idea.
Existe la retórica de la que la clase política suele echar mano para aturdir a la ciudadanía a través de los medios, y también existe la que puede contrarrestarla siendo más efectiva, sin necesidad de ser contundente, como la creativa y propalada por las redes sociales cuyo protagonismo cada vez es más notorio. Pero cuando Mendoza afirma que el crecimiento económico del Perú es falaz no está apelando a la retórica, ni mucho menos cometiendo un error, sino que acude a la mentira. Ella asegura que la flexibilización y el recorte de derechos ciudadanos mantienen un falaz crecimiento económico.[5] ¿Qué derechos ciudadanos se han recortado?, es algo que merecería mejor explicación desde su punto de vista. Sin embargo, hablar de crecimiento económico falaz luego de casi una década de crecimiento sostenido hasta hace algunos pocos años, cuyas estadísticas han sido avaladas por especialistas, incluso reticentes al sistema de libre comercio, y por organismos internacionales competentes no sólo es insensato sino mezquino.
Definitivamente, los índices que se registraron gracias a la apertura comercial y la aprovechable cotización internacional de algunos comodities que permitieron marcar el derrotero hacia el crecimiento económico por encima del promedio latinoamericano no se han mantenido en la actualidad, principalmente por la impericia gubernamental para resistir el embate de los factores externos y para liderar reformas económicas. Sin embargo, el crecimiento persiste, aún por debajo de lo deseado, pero lo suficiente para respaldar, aún, la buena salud macroeconómica del país.
El representante residente del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el Perú, Alejandro Santos, lo acaba de decir: la perspectiva para este año es que habrá un repunte en el crecimiento de la economía en el Perú, la cual será más alta que la del 2014, en donde se registró 2.35% de crecimiento[6]. Si Mendoza asume que el bienestar de los segmentos más empobrecidos del país pasa por acentuar el impacto de los programas sociales en nombre de la inclusión social, habría que recordarle que financiar tales programas requieren de un fondo que provenga, precisamente, del crecimiento, algo que, a su vez, sólo se dará con mayor inversión privada y con la ejecución de proyectos como los mineros, hasta ahora, paralizados por la demagogia violenta de los grupos de ideología trasnochada. Falaz es lo embustero, y entre lo embustero y lo insuficiente ni siquiera hay trecho porque son orillas de paisajes distintos.
En sindicatos, partidos políticos, organizaciones sociales, afirma Verónika Mendoza, veo cada vez más jóvenes y mujeres. Creo que empieza a despertar una nueva generación que reclama más democracia, más transparencia, que no se resigna. Pero el caudillismo, el machismo, la agresividad, son elementos constitutivos de nuestra cultura que va a costar superar (…)[7] añade. No hay duda de que la nueva generación de ideas se debe asentar no sobre la composición etaria o de género de las organizaciones, sino sobre la originalidad y modernidad de las propuestas, y aquellas no pueden ir escoltadas por prejuicios colectivos o pensamientos anquilosados en economía, política y cultura. La revolución ciudadana que ella menciona como medio para resignificar la política[8](sic), no exige (y no debiera hacerlo) ni de Asambleas Constituyentes ni de nueva Constitución como parte de ese plan, porque sería contradictorio a su aversión por la política tradicional, tan adepta al complejo adánico o fundacional, sino de impulsar lo necesario en políticas públicas para que la generación de riqueza del pequeño y gran empresario no se vea entorpecida por medidas que puedan restringir su expansión, para que la participación del Estado responda a la exigencia de resultados óptimos en la gestión de los servicios de los que pueda hacerse responsable, para adaptar su funcionamiento al apoyo privado cuando el financiamiento, las ideas o la tecnología sean insuficientes en él, para que se fortalezca la institucionalidad y, para que la seguridad jurídica siempre sea aval de esa paz ciudadana que tanto costó erigir desde los tiempos del terrorismo y las negligencias económicas de los gobiernos del siglo pasado.
Ningún país políticamente maduro lo es porque decide empezar de cero. Las nuevas Constituciones no le resuelven la vida cotidiana a nadie ni le garantiza a país alguno su bienestar; así lo tiene que entender Verónika Mendoza. Alejandro Foxley, ex vice Ministro de Hacienda de la Concertación chilena (coalición contraria a la dictadura pinochetista), reconoce esto al afirmar en una entrevista que, a pesar del precio que Chile tuvo que pagar, era innegable que los reformadores económicos de entonces fueron capaces de anticipar los beneficios de la tendencia global de la apertura económica, la desregulación progresiva de los mercados y la necesidad de incrementar la productividad. Esa fue su contribución, sentenció convencido.[9] Y sobre lo avanzado se siguió construyendo, considerando que el país sureño creció a mayor velocidad en un ambiente de democracia.
Las demandas actuales en el Perú se han transformado. La inseguridad ciudadana, las nuevas formas de corrupción y las amenazas latentes a las libertades civiles que todavía persisten en pleno siglo XXI en el país son muy visibles para Mendoza, pero la fórmula para resistir ante estos síntomas de degradación social no se superarán con reformas vistas exclusivamente con el ojo de la izquierda estatista, obsoleta, con que la congresista vigila el panorama. Ella, es evidente, está dispuesta a enfrentar con encomiable fuerza moral los retos que impone la preocupante realidad del Perú; su voz en alto ante el espíritu conservador de la clase política es la primera señal de compromiso, pero esa misma fuerza moral no garantiza, desafortunadamente, que sus iniciativas legislativas no se encuentren abruptamente guiadas por el atasco ideológico de sus referentes, de su círculo más próximo y de su propia y equivocada nostalgia revolucionaria, la que aún no ha vivido pero que, temible, acecha en su corazón.
El autor es Licenciado en Administración de Empresas y Máster en Relaciones Internacionales Aplicadas. Es también docente universitario en las Facultades de Administración, Negocios Internacionales y Derecho en el Perú, consultor en temas de Gestión Empresarial y durante largos años columnista de prensa.
[1] Fernando Ruiz. “Verónika Mendoza tensa el arco y apunta hacia el futuro”, La Mula.pe, posteado el 29 de mayo de 2015, consultado el 09 de julio de 2015. https://fueradebanda.lamulaverde.pe/2015/05/29/veronika-mendoza-tensa-el-arco-y-apunta-hacia-el-futuro/fueradebanda/
[2] Marina Rossi. “No volvería a leer ‘Las venas abiertas de América Latina’”, El País Cultura, porteado el 05 de mayo de 2014, consultado el 09 de julio de 2015.
https://cultura.elpais.com/cultura/2014/05/05/actualidad/1399248604_150153.html
[3] Juan Carlos Valdivia Cano. “La voluntad de crear. (Método e intuición en Mariátegui)”. Ediciones Akuarella. p. 58 .
[4] p. 85.
[5] Fernando Ruiz. “Verónika Mendoza tensa el arco y apunta hacia el futuro”, La Mula.pe, posteado el 29 de mayo de 2015, consultado el 09 de julio de 2015. https://fueradebanda.lamulaverde.pe/2015/05/29/veronika-mendoza-tensa-el-arco-y-apunta-hacia-el-futuro/fueradebanda/
[6] Andina. “FMI: Perú liderará crecimiento económico en América Latina el 2015”, RPP Noticias, Economía, posteado el 26 de Febrero 2015, consultado el 09 de julio de 2015. https://www.rpp.com.pe/2015-02-26-fmi-peru-liderara-crecimiento-economico-en-america-latina-el-2015-noticia_773099.html
[7] Fernando Ruiz. “Verónika Mendoza tensa el arco y apunta hacia el futuro”, La Mula.pe, posteado el 29 de mayo de 2015, consultado el 09 de julio de 2015. https://fueradebanda.lamulaverde.pe/2015/05/29/veronika-mendoza-tensa-el-arco-y-apunta-hacia-el-futuro/fueradebanda/
[8] Ana Núñez. “Verónika Mendoza: ‘Lo que necesitamos es una suerte de revolución ciudadana‘”, Diario La República, Revista Domingo, posteado el 15 de marzo de 2015 y consultado el 09 de julio de 2015. https://archivo.larepublica.pe/15-03-2015/veronika-mendoza-lo-que-necesitamos-es-una-suerte-de-revolucion-ciudadana
[9] Commanding Heights. Entrevista a Alejandro Foxley realizada el 26 de marzo de 2001. Consultado el 14 de julio de 2015. https://www.pbs.org/wgbh/commandingheights/shared/minitext/int_alejandrofoxley.html#5. La traducción es mía.
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