Ecuador y su historia: Malas intenciones

El Expreso de Guayaquil

Publicaciones del Gobierno central tienen escritores y columnistas especializados en distorsionar la historia; temas favoritos: el cacao y los empresarios guayaquileños. Sus fuentes son historiadores con pensamiento de izquierda que han escrito con fines destructivos. Odio, mala fe y falta de conocimientos son sus características.

Hace poco hubo un artículo donde consta el siguiente texto: "La lógica de los grupos dominantes creó las condiciones para que el auge cacaotero -de 300.000 quintales en 1880 a un millón de quintales hasta 1917- se formara de un violento proceso de acumulación…". Las 30 familias de los grandes productores a las que hace referencia el artículo no se iniciaron en 1880, lo hicieron 30, 40 o más años antes de esa fecha. Uno de ellos era cajonero en 1824, comerciante que no tenía dinero para arrendar un local y vendía en la calle, desde un cajón. Fueron familias que comenzaron sin capital y lo consiguieron ardua y gradualmente, lo dejaron a sus hijos y ellos a los suyos. Así se crea el ahorro traducido en capital de inversión. De haber existido impuestos confiscatorios a la herencia, Ecuador no hubiera creado capital, ni existiría lo que en macroeconomía se llama formación bruta de capital ¿De dónde se hubieran sacado los capitales para desarrollar el país?

El articulista afirma que luego se dedicaron a otras actividades. Otra falta de conocimiento; a medida que acumulaban capital iban creando entre otros, negocios de servicio público: plantas de energía, telefonía, transporte público, etc. Sin préstamos de los empresarios, los gobiernos no hubieran hecho gran parte de las pocas obras de infraestructura ejecutadas hasta 1926. Eloy Alfaro fue uno de los beneficiarios. Sin esas familias, la Junta de Beneficencia no hubiera recibido los dos más grandes legados a valor presente en la historia del país, de Domingo Santistevan y de Agustín Coronel. El primero sirvió para comprar La Atarazana, seguramente la inversión más importante en el desarrollo de las ciudades de Ecuador, que permitió construir hospitales, ciudadelas, centros comerciales, centros deportivos, etc.