Héroes de la libertad en Venezuela
Instituto Juan de Mariana, Madrid
La condena impuesta a Leopoldo López (y, aunque de menor duración, a tres estudiantes juzgados junto a él) ha despejado cualquier duda que alguien pudiera tener sobre la naturaleza dictatorial del régimen bolivariano. Quien no vea algo tan evidente, como el eurodiputado comunista de IU Javier Couso (que reproduce los argumentos de Maduro en este caso), es que tiene una voluntad de hierro para no percibir la realidad. Lo mismo ocurre con la 'podemita' Irene Moreno al decir que en España el opositor venezolano hubiera sido condenado a más años de prisión que en su país. Son ejemplos de inmorales cómplices, como los tuvo la URSS o los tiene el castrismo, cuyo rechazo a la libertad tan s ólo es igualado por su fobia a la verdad. Son cosas del fanatismo.
Por mucho que los Couso, Moreno (o Cristina Kirchner y otros mandatarios de UNASUR) del mundo pretendan, las condenas impuestas a López y los estudiantes son un ataque a la libertad y profundamente injustas. La jueza que ha llevado el caso ha sentenciado al dictado de Maduro. Ya lo ha hecho antes en sentido contrario, para dejar en libertad a destacados chavistas. Es una de las muchas personas que han sido metidas en el poder judicial para sustituir a miembros del mismo que no se sometían al gobierno chavista.
Los socialdemócratas Leopoldo López y Antonio Ledezma son auténticos héroes de la libertad, como lo son el casi centenar de presos políticos que hoy existen en las prisiones venezolanas.
El concepto de libertad de López y Ledezma seguramente sea mucho más retrictivo que el que pueda tener un liberal, pero el precio que uno y otro están pagando por luchar para que los venezolanos sean libres es altísimo. Ojalá algún día María Corina Machado o los miembros de CEDICE tengan que criticar a esos dos políticos por sus propuestas o por su modo de gobernar. Hasta que llegue ese momento, la liberación de ambos (y del resto de venezolanos presos por manifestarse o por pensar diferente) es una noble causa por la que merece la pena tomar partido.
Ser amigo de la libertad significa situarse junto a la enérgica Lilian Tintori y la en apariencia más frágil Mitzy Capriles exigiendo la libertad de sus maridos (López y Ledezma) y el resto de presos políticos. También implica querer que el periodismo se pueda volver a practicar sin restricciones ni miedo en Venezuela. O indignarse cuando se asesina a estudiantes contrarios a Maduro por el mero hecho de manifestarse.
Sería deseable que quienes amamos la libertad denunciemos el chavismo y hagamos llegar nuestro apoyo a sus opositores. No preguntemos si estos son liberales o no, eso son asuntos menores en este momento. Lo importante es estar junto a quienes sufren la represión en Venezuela; o en Cuba, Irán, Egipto, China, Arabia Saudí… La lista es muy larga, y en todos esos países hay auténticos héroes de la libertad.
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