Tres regalos para Guatemala

República

Según la tradición, en algunos países, hoy por la noche llegan los Reyes Magos a dejarles regalos a los niños que han hecho méritos para recibirlos. El 6 de enero es la fecha esperada por ellos para levantarse más temprano que de costumbre y abrir los regalos que han recibido.

También dentro de estas tradiciones está el partir la rosca de reyes y convivir un momento con los amigos y la familia.

Y así como muchos niños esperan con ilusión el 6 de enero, hay otros no tan niños ni tan merecedores de obsequios que esperan con ansias el 14 de enero para lograr sus más caros anhelos. Estos últimos, esperan que con el nuevo gobierno, también sea nuevo su vehículo, su vivienda y su estilo de vida ya que esperan pasar como comúnmente se conoce “a mejor vida”.

Esperan asumir junto al nuevo Presidente electo, algún puesto que les permita disfrutar no sólo de las mieles del poder sino también del acceso directo a los recursos del tributario o por lo menos a poder extorsionar a cuanto caiga en sus “garras” por un permiso, una licencia , un sello o una firma.

Esta clase de “personaje” sólo le pide tres regalos a los reyes: un “puesto-hueso” en el gobierno, cero fiscalización y por ende cero transparencia y leyes complicadas de cumplir. Con estos tres regalos tienen el camino asfaltado hacia la expoliación legalizada.

El “puesto-hueso” es sólo el vehículo para sus fines, no quieren un puesto muy visible porque rápidamente se darían “color” de corruptos y el desgaste sería mucho y muy rápido. Como su “visión” es de largo plazo, prefieren pasar desapercibidos mientras hacen sus componendas y transes, si es posible durante todo el gobierno.

El “puesto-hueso” debe ser, de preferencia, en una dependencia del gobierno donde haya recursos suficientes, donde se puedan ejecutar compras por excepción, programas sociales u obras de infraestructura temporales.

El deseo de que haya cero fiscalización y cero transparencia en el actuar público es obvio, eso le permite actuar con impunidad y además en algunos extremos darse ínfulas de funcionario eficiente, trabajador e incorruptible.

Su sueño ideal es cero rendición de cuentas, aunque a veces se tiene que conformar con auditorías de gabinete donde su única preocupación es cumplir con la papelería que documente la compra sobrevalorada o inexistente, la obra defectuosa, las contrataciones fantasmas y cualquier otra que su imaginación le permita y el presupuesto aguante.

En cuanto a las leyes complicadas, éstas le facilitan el poder extorsionar a quienes tienen que cumplirlas. La situación se vuelve tan perversa que en algún momento llegan a creer que más que una extorsión es una ayuda la que ofrecen puesto que “agilizan trámites” y “dinamizan la economía”.

Cada reforma fiscal que más que simplificar, complica el pago de impuestos y cada ley que en lugar de quitarle poder al burócrata, le otorga aún más, favorece a sus fines de expoliar a los demás de manera legal más nunca legítima.

Los tres regalos que este personaje pide a los Reyes Magos, son casi los mismos en cualquier parte de nuestros países. Estos tres regalos me recuerdan un refrán que podría replantear así: “no te pido que me des sino que me pongas donde pueda expoliar”