El Salvador y el ejemplo de Venezuela

El FMLN parece seguir decidido a meterse cada vez más en el callejón sin salida en el que entró cuando decidió jugarse el todo por el todo con la aprobación de la así llamada Reforma de las Pensiones que en realidad es un decreto para confiscar los ahorros individuales de los cotizantes al sistema.

El callejón realmente no tiene salida porque la reforma es obviamente una confiscación, que la Constitución prohíbe y pena haciendo responsables para siempre a los que contribuyan a ella con sus personas y todos sus bienes. Por esto, y porque los diputados que voten por ella no serían electos nunca más, el FMLN no ha podido conseguir los votos necesarios para pasarla. La única manera en la que el FMLN podría evitar hacer una expropiación sería darles a los ahorrantes una compensación por el dinero que les están quitando. Esa compensación tendría que tener el mismo valor que los ahorros de los que se está apoderando el gobierno. Para poder darla, tendría que emitir deudas a favor de cada uno de los ahorrantes. Pero para hacer esto necesitaría la aprobación de la Asamblea con mayoría calificada, que ni en sus sueños podría tener el FMLN porque ARENA se la bloquea. Es decir, será difícil que los diputados de los partidos que han sido sus aliados por ya siete años den los votos porque no parecen ser suicidas. Y si los dan, el FMLN chocaría contra la pared de la Constitución. 

A pesar de todo esto el FMLN sigue negándose a considerar ninguna otra alternativa para resolver la crisis fiscal que él mismo ha creado. Vino el Fondo Monetario Internacional (FMI), que recomendó aumentar el IVA, una recomendación que creo es fatal porque golpearía severamente a la economía en un momento en el que está débil como consecuencia de las políticas del mismo gobierno. El FMI debería de haber tomado en cuenta que el verdadero problema fiscal es que, a pesar de que el gobierno está gastando más dinero que ningún otro gobierno, por bastante, el volumen y la calidad de los servicios públicos están cayendo rápidamente. Es decir, la velocidad a la que aumenta el desperdicio es mucho mayor que la velocidad a la que aumentaron los impuestos cobrados (que es considerable) y los dineros prestados (que han crecido todavía más). Cualquier cantidad adicional que el gobierno obtenga no va a aumentar o mejorar los servicios públicos sino principalmente el desperdicio. 

Pero si bien la recomendación del FMI era equivalente a condonar el comportamiento irresponsable del gobierno, equivalente a darle más dinero al alcohólico, el diagnóstico era serio: el gobierno no puede seguir gastando más de lo que le entra por impuestos. Como subir los impuestos debe estar fuera de discusión, la única alternativa que le queda al gobierno es rebajar los gastos, lo cual, dado el nivel de desperdicio, es bastante fácil. Pero el gobierno no quiere ver esta realidad, encaprichado en que si se queda con los ahorros de los cotizantes de pensiones tendría al menos 4.5 mil millones de dólares para seguir gastando desaforadamente, que es lo que creen que les dará el triunfo en las elecciones. 

Todo esto lo están haciendo a pesar de estar viendo lo que esas políticas han causado en Venezuela, que está pasando por una crisis nunca vista en América Latina exceptuando a Cuba. Ya hay hambre en ese país, pero lo que vemos ahora es un paraíso comparado con lo que va a pasar si el gobierno continua con sus políticas mal orientadas, que son las que el FMLN está tan interesado en copiar. 

He notado varias veces lo extraño que es el proceder del FMLN. El sistema que ellos quieren imponer, y las políticas que llevan a él, han fracasado en todo el mundo, incluyendo a Venezuela y a Cuba. Para mantenerse en el poder, los comunistas tienen que reprimir constantemente a la población. ¿Cómo pueden conciliar esto con lo que dicen que son sus ideales de mejorar la suerte del pueblo, especialmente la de los pobres, si además de la libertad les quieren quitar las pensiones, la comida y lo esencial para vivir?