Los venezolanos cruzan a Colombia en masa en busca de artículos básicos
CÚCUTA, Colombia—La cruzada de Marisol Sayago por encontrar papel higiénico empezó casi al amanecer con un viaje en autobús de más de 60 kilómetros a través de una ondulante carretera en medio de montañas que llevan a Cúcuta, un centro comercial colombiano cerca de la frontera.
Al igual que miles de venezolanos sin posibilidad de encontrar alimentos y artículos de aseo básicos debido al colapso económico de la nación petrolera, Sayago, una jubilada de 65 años de San Cristóbal, viajó a esta ciudad para hacer unas compras modestas, después de que los dos países vecinos acordaran abrir el sábado la frontera de 2.200 kilómetros, un año después de que Venezuela ordenara su cierre.
“Esta es mi salvación”, dijo Sayago, mientras sostenía un paquete de 15 rollos de papel higiénico y una bolsa de azúcar. Eso, dijo, es lo único que puede comprar con una pensión mensual equivalente a US$15, debido al colapso del bolívar.
“No es económico, pero ¿qué más puedo hacer?”, preguntó Sayago. “Allá no se consigue nada”, dijo señalando Venezuela.
La decisión del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de reabrir la frontera con Colombia les otorga a sus compatriotas un salvavidas que les permite viajar a territorio vecino y comprar lo que necesitan. Como parte de un plan anunciado por los presidentes de los dos países de normalizar gradualmente el flujo de personas, cinco puntos fronterizos fueron abiertos el sábado. En un mes, se permitirá el cruce de vehículos.
Pero por ahora, el tráfico es sólo peatonal, lo que significa que para los 54.000 venezolanos que cruzaron este fin de semana, lo que pudieron llevar a casa dependió no sólo del dinero que tenían, sino de cuánto fueron capaces de cargar.
“Muchos venezolanos de la tercera edad no pueden hacer esto”, dijo María Cardoso, una ama de casa de 34 años, que empujaba una carretilla de suministros para ella y sus vecinos por el Puente Internacional Simón Bolívar que separa los dos países.
Por años, el comercio de bienes legales y de contrabando ha florecido entre los dos países, impulsado por traficantes que llevan al mercado colombiano bienes baratos subsidiados por el gobierno socialista de Venezuela para venderlos con una significativa ganancia.
Pero en agosto del año pasado, Maduro ordenó el cierre de la frontera, culpando a los colombianos por la escasez de alimentos, el colapso del bolívar, los problemas de delincuencia y el narcotráfico que sufre Venezuela.
“Estoy diciendo la verdad”, dijo Maduro en un discurso en Agosto de 2015. “De Colombia se está viniendo toda la pobreza, toda la miseria…”.
Un año después del cierre de la frontera, las condiciones económicas en Venezuela han empeorado, una situación que los economistas dicen muestra que la raíz de los problemas del país es su propio modelo económico liderado por el estado. El Fondo Monetario Internacional dice que es probable que la economía se contraiga 10% este año, con una inflación de 700%. Largas filas se extienden desde los supermercados que son vigilados por soldados listos para calmar disturbios por alimentos casi a diario.
“Cerrar la frontera fue un error total y hasta Maduro tuvo que haberlo visto”, dijo Carlos Chacón, miembro del concejo municipal de San Antonio, una pequeña ciudad en el estado fronterizo del Táchira.
“La apertura es un paliativo para nosotros, que para ser honestos estamos más preocupados sobre cómo nos vamos a limpiar el culo”, dijo Chacón, en referencia a la escasez de papel higiénico que se ha convertido en un símbolo de los problemas venezolanos.
Los venezolanos se abalanzaron a la frontera en busca de todo, desde arroz y autopartes hasta medicinas para el corazón, muchos con maletines vacíos que esperaban llenar de bienes. En la tarde del sábado, algunos cruzaban de regreso a Venezuela con llantas de autos colgando de cada hombro.
En el centro comercial Alejandría, venezolanos con fajos de devaluados bolívares hacían fila en casas de cambio para convertirlos en unos pocos pesos colombianos. Las transacciones de divisas simples están prohibidas en Venezuela, donde el gobierno restringe el acceso a monedas extranjeras. Otros, que evitaron llevar grandes cantidades de efectivo vendían anillos y cadenas de oro en las tiendas de empeño de Cúcuta para financiar sus compras.
Después de cruzar el puente en la mañana del sábado, los venezolanos fueron recibidos por soldados colombianos sonrientes y un grupo musical militar en lo que parecía ser una campaña total de las autoridades de Colombia para cautivar a sus vecinos. Para marcar la ocasión, equipos de fútbol de los dos países, Deportivo Cúcuta y Deportivo Táchira, jugaron un partido amistoso en la noche del sábado.
De todas formas, los funcionarios de inmigración de colombianos pidieron a los venezolanos que no se apresuraran. “La apertura de frontera es permanente, así que no necesariamente debe ingresar este fin de semana”, informó en su cuenta de Twitter la oficina de migración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia.
Las autoridades están tratando de evitar una repetición de la ola de más de 120.000 consumidores venezolanos que ingresaron a Colombia durante dos aperturas temporales de la frontera el mes pasado.
El sábado, los supermercados de Cúcuta estaban bien abastecidos en preparación para la reapertura.
“El comercio se ha reactivado”, dijo Javier Acuña, administrador del supermercado El Ideal. Limpiándose el sudor de la frente después de reabastecer los estantes con fríjoles y pañales toda la mañana, Acuña dijo que esperaba un impulso en su negocio, que experimentó un descenso de 15% en sus ingresos durante el cierre de la frontera.
Sin embargo, la mayoría de la gente en la fila de la registradora del supermercado de Acuña tenía apenas unos pocos artículos en sus carritos. “Estoy comprando lo que pueda, que no es mucho”, dijo Richard Osorio, quien había viajada más de 320 kilómetros desde el estado venezolano de Mérida.
Durante el anuncio de la reapertura de la frontera con el presidente colombiano Juan Manuel Santos, Maduro dijo el jueves que el paso representaba “un nuevo comienzo de las relaciones económicas y comerciales”, basado en lo que llamó respeto mutuo.
Sin embargo, la Federación Nacional de Comerciantes en Colombia dijo que sólo habría un pequeño impulso para las empresas colombianas. Los venezolanos que cruzaron la frontera para comprar durante la apertura a mediados de julio gastaron en promedio menos de US$20 cada uno, según un análisis de Fenalco.
Para Sayago, la jubilada venezolana, la apertura de la frontera no soluciona muchos de sus problemas diarios. Pero dice que está feliz de tener una opción de cruzar la frontera cuando lo necesite. “Regreso en un mes para comprar más”, dijo.
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