Deforma fiscal en Guatemala
República, Guatemala
La semana pasada, el presidente Jimmy Morales presentó su propuesta de cambio al sistema tributario. Esta propuesta ya fue entregada al presidente del Congreso, Mario Taracena, para su discusión, aprobación o desaprobación en el pleno.
Una vez más, el presidente Morales pierde otra oportunidad de pasar a la historia como un político visionario que impulsó medidas que promovieron el desarrollo del país, sentando las bases para un crecimiento sostenido. En lugar de eso, es uno más de los mismos de siempre que proponen aumentar impuestos para obtener más ingresos para seguir haciendo lo mismo.
Es uno más, de los mismos de siempre, que cree que un país crece cuando hay más gasto público sin tomar en cuenta que para gastar más, necesita quitárselo primero a sus legítimos dueños, los tributarios; que debe además gastarlo en aquello donde tenga mayor incidencia en la economía y que debe gastarlo de forma eficiente sin despilfarro ni corrupción. Suponiendo que los dos últimos son posibles dentro de la burocracia estatal.
Morales y compañía presentaron lo que llamo una deforma fiscal. Para empezar partamos del hecho que poner impuestos y otorgar subsidios o excenciones deforman la información tanto a productores como a compradores respecto a qué es más eficiente producir. Es decir, al disminuir o aumentar los costos de forma artificial, la información que brinda el precio es errónea y por consiguiente, tomamos decisiones equivocadas. Así, producir eficientemente, ya no es relevante sino conseguir privilegios de los politiquillos de turno que tienen el poder de otorgarlos.
La deforma fiscal propone impuestos progresivos que reflejan la mentalidad perversa de castigar a quienes son productivos y entre más productivos sean más hay que castigarlos. La excusa es que deben pagar más, los que más tienen pero ¿acaso no pagan más al consumir más servicios? ¿al tener una base mayor, el monto en impuestos no es mayor también? ¿Acaso el derecho al fruto de su esfuerzo mental y fìsico es proporcionalmente inverso al monto? Es decir ¿el derecho a los resultados de su trabajo depende del monto? ¿Si gana poco tiene derecho a quedarse con más y si gana mucho, los politiquillos tienen derecho a quitarle más?
La deforma fiscal también pretende deformar, aún más, el sistema de precios de los combustibles al aumentarlo entre un 64% y 700% con la excusa de que ahora sí se invertirá en caminos. Caminos que por cierto tardan varios gobiernos en contruirse y solo una temporada de lluvia para deteriorarse, eso sin contar con los préstamos que se aprueban para la construcción de los mismos, que después se descubre están sobrevalorados.
Misma historia con el impuesto a la creación de riqueza en bienes inmuebles, es decir al saco de cemento, ya que se pretende aumentar 333%. Lo irónico de que el destino de dicho impuesto aparentemente sea para el Fondo para la vivienda –Fopavi- es que le quitan dinero a quienes hacen el esfuerzo por construir o comprar su casa para dárselo a un grupo de burócratas que lo “administre” y decida qué grupo de presión tiene derecho a beneficiarse del esfuerzo de otros, así como qué constructores serán los beneficiados en construirlas. Mientras que de forma libre y voluntaria cada quien hace el esfuerzo por adquirir su vivienda y cada constructor por ofrecer el mejor servicio. ¿Cuántas casas, pisos de cemento, paredes o repellos se harían si este dinero quedara en manos de sus legítimos dueños?
Lo único rescatable es que restituyeron la planilla del IVA para empleados y el crédito fiscal para pequeños contribuyentes, es decir, corrigieron parte del desastre de la puñalada fiscal de 2012. Sin embargo, la deforma fiscal presenta, en gran medida, más de lo mismo de gobiernos anteriores: aumentar impuestos.
No hay una propuesta para reducir impuestos y aumentar la base tributaria, no presentan lo que he llamado SATplificación fiscal y administrativa, no hay un combate al contrabando al disminuir aranceles y barreras no arancelarias como los registros y demás trámites que hacen casi imposible la importación y operar en la formalidad.
En la presentación de más de lo mismo en materia tributaria, Jimmy Morales afirmó que: “Si seguimos trabajando de la misma forma estamos condenados a que nunca, nunca, nunca se va a cerrar esa brecha si seguimos haciendo lo mismo” Y efectivamente, tal vez nunca cerremos esa brecha que nos separa entre un país desarrollado y el nuestro, si seguimos empeñados en la “… recuperación de la capacidad fiscal del Estado” y no en la capacidad de creación de riqueza del tributario.
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