El carro sin chofer
Como para sorprender a la gente que no toma en cuenta a los robots, el Financial Times informó hoy que ayer una pequeña empresa tecnológica de Massachusetts lanzó en Singapur el primer servicio de taxis sin conductor. El servicio operará recibiendo pasajeros con seis vehículos en una zona de la ciudad. Un ingeniero de la empresa estará en cada vehículo para comprobar el rendimiento del robot y para tomar control si es necesario por una emergencia. La empresa ha estado haciendo pruebas con estos vehículos en Singapur desde hace cuatro meses, pero esta es la primera vez que están disponibles para el público en general. Es la primera vez en el mundo entero, en realidad. Los vehículos además son eléctricos. Uber, la gran empresa de transporte, ya había anunciado que comenzará un servicio similar en Pittsburgh con carros Volvo en poco tiempo.
Una de las cosas más extraordinarias es que la empresa que está haciendo esta prueba en Singapur con su propia tecnología fue fundada en 2013 con un capital de sólo 16 millones de dólares por dos investigadores de MIT, especialistas en robótica. Ciertamente que si triunfa, la empresa (nuTonomy) valdrá miles de millones en el mercado de valores. La diferencia entre las dos cifras está dada por el capital humano incorporado en los científicos que dan valor a la empresa. Esto comprueba una vez más qué es lo que da el valor a las empresas: el capital humano.
El evento es también un campanazo para todos los gobiernos del mundo y para todos los que se preocupan de los problemas de desempleo. Si estas y otras pruebas tienen éxito, y no hay duda de que lo tendrán, la demanda por conductores de automóviles y camiones en el mundo colapsará así como colapsó la demanda por látigos para caballos cuando los automóviles comenzaron a aparecer en las calles. El impacto en el empleo a nivel global sería gigantesco. Sólo en Estados Unidos hay 230 mil conductores de taxi y 3.5 millones de conductores de camiones, de acuerdo a la American Trucking Association.
Por supuesto, los carros sin conductor no son los únicos inventos de las nuevas tecnologías robóticas. Los únicos sustituidos no solo serán los que hacen labores mecánicas. McKinsey Global Institute estima que robots guiados por algoritmos modernos pueden sustituir globalmente 140 millones de trabajadores del conocimiento. Un estudio publicado por la Universidad de Oxford calcula que 47 por ciento de la fuerza laboral de Estados Unidos está en alto riesgo de ser sustituida por robots dentro de los próximos 20 años, y que otro 19 por ciento tiene un riesgo intermedio. Sólo 33 por ciento tiene un riesgo bajo.
Algo similar sucedió en la Revolución Industrial, cuando las nuevas maquinarias y las nuevas tecnologías agrícolas volvieron redundantes a la mayor parte de los trabajadores agrícolas, forzándolos a abandonar las áreas rurales y buscar refugio en las ciudades, buscando empleo en la naciente industria y los servicios. Las actividades urbanas, sin embargo, no podían generar trabajos con la suficiente rapidez y los enormes problemas de pobreza de la Revolución Industrial se convirtieron en comunes por toda Europa y los otros países que se estaban industrializando.
Eventualmente, la oferta y la demanda de trabajos se estabilizó, y una nueva clase media emergió en los países industriales. Pero en el ínterin habían pasado décadas con problemas sociales tremendos.
Como lo he escrito ya muchas veces, ya hay robots que trabajan más eficientemente que los seres humanos en las actividades textiles, que son las proveedoras de empleo más grandes del país. En Sur Carolina, por ejemplo, Parkdale Mills, que tenía su producción afuera de Estados Unidos, ha comenzado a invertir en plantas en ese país, manejadas en gran parte por robots. Su producción, que en 1980 requería dos mil trabajadores, ahora la maneja con sólo 140. Los robots no van a sustituir a todos los trabajadores sustituibles, pero les van a bajar los salarios a todos, ya que el salario que se podrá pagar será el determinado por la producción con robots.
Esta es una amenaza para el país que la gente cree que se ve solo en las películas. Los que así crean que vayan a Singapur a tomar un taxi sin conductor.
El autor es Máster en Economía, Northwestern University y columnista de El Diario de Hoy.
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