La batalla de Caracas

El Republicano Liberal

 “Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”.

Es 1º de Septiembre del 2016, el General en Jefe Padrino López jefe del C.E.O., comanda la batalla de Caracas en defensa del gobierno robolucionario, debe reprimir sin compasión las protestas por el Referendo Revocatorio,  estrategia principal escogida por la oposición para resolver la crisis económica que ha saturado de hambre a todo el país. Desde sus binóculos bielorrusos observa las estepas de la Plaza Venezuela dónde avanza como un río incontenible, el pueblo venezolano unido. Mil colores marchan enarbolando banderas y cantando el himno nacional de la República de Venezuela.

Para esta batalla el Gral. en jefe ha movilizado las divisiones y brigadas más importantes del país, son miles de efectivos militares armados hasta los dientes, todas ellas van comandadas por los generales de última generación organizados contra la “Guerra Económica”. El general arroz se desplazó desde el Estado Portuguesa, tierra del general Paéz, quién desde la eternidad mira avergonzado esta batalla, allí está el General Maíz que vino con su brigada desde el Estado Guárico, el General Cebolla desde el Estado Lara lo ubican en el flanco derecho por el olor que despiden sus batallones, el General Carne en Vara desde el Estado Apure, el General Cachapa vino con sus tanques desde el Estado Carabobo, el General Morcilla se trasladó con su división desde Táchira y en la retaguardia el General Patacón con queso desde el Estado Zulia.

Todos los militares cantan el himno de la Federación, “El cielo encapotado anuncia tempestad, oligarcas temblad, viva la Libertad”. Los acompaña el Gral. Benavides con sus guardias sin honor, quienes miran con los ojos inyectados de sangre dispuestos a abalanzarse contra la multitud desarmada. Trajeron sus tanquetas, lanzamisiles, cañones antiáereos, bazucas, ametralladoras de alto calibre, todos portan fusiles Kalashnikov comprados a Rusia para la defensa de la Revolución socio-populista. En la retaguardia está la caballería montada formada por los “Colectivos”, todos los malandros de la capital fueron dotados de motos y armas, allí están listos en la retaguardia para arremeter contra la multitud y “neutralizar” a quien haya que hacerlo.

El General en jefe recibe una llamada por teléfono, es el comandante en Jefe, este responde inmediatamente.

– Mande Comandante- Presidente, le dice.

– Como está ud?, hay mucha gente allí, le pregunta?

– El general en jefe observa desde sus binóculos a la multitud multicolor armada de banderas, pancartas y cánticos de protesta pidiendo Libertad y Democracia, responde…….

– Venezuela en su mayoría está aquí, sintiendo un sudor frío que cae sobre la nuca.

– “Queremos votar, queremos votar, queremos votar”, ruge la multitud cabe vez más fuerte, en una sola voz tan fuerte que se escucha en Miraflores. Mientras camina paso a paso hacia las barricadas del ejército chavista.

Al frente de la marcha vienen los principales líderes políticos de la oposición acompañados por todos los diputados opositores, Su escudo protector es una bandera nacional de 20 mts de ancho, forman una indivisible cadena humana.

De repente una anciana portando un cartel avanza solitaria y valiente, se acerca a los soldados, se le suma un estudiante para ayudarla, el cartel dice” Los delitos de lesa Humanidad no prescriben y son de responsabilidad personal”. La tropa se mira entre ellos, sienten miedo al futuro que se les avecina como una tromba marina.

– Calle esa gente ya, ordena el comandante-presidente al general en jefe.

-Dígame usted como y yo lo hago, responde Padrino.

– Como sea, no me importa cómo, desbarate esos grupitos.

-Presidente, le aclara el general, ese grupito tiene 20 mts de ancho por casi 10 kms de largo, ya le dije que el país en su mayoría está aquí.

– Ataque, ataque, grita enloquecido del otro lado de la línea.

-Ataque usted, comandante-presidente, ellos vienen desarmados y yo no voy a terminar preso en la Haya por un crimen de lesa humanidad ordenado por usted.

-Ataque le ordeno carajo o renuncie usted, vocifera con una mueca horrible en su mandíbula deforme.

– Carguen las armas ordena el general, pero nadie se mueve, solamente los colectivos empiezan a movilizarse.

La multitud unida avanza acercándose peligrosamente hasta las barricadas….  los colectivos tratan de rebasar a las fuerzas del orden para disparar sobre la multitud. El destino de la república se encuentra en un punto de no retorno, una tragedia se avecina irremediablemente.

De repente un grupo de estudiantes brincan al frente con una pancarta con solo dos palabras, ella dice “Renuncie presidente”, todos empiezan a gritar “renuncia, renuncia, renuncia”. Caracas con su ejemplo retumba con el clamor popular.

Mientras en Miraflores escuchan el rugido del pueblo, El presidente Maduro mira con estupor a la primera combatiente y le pregunta…… Y ahora?

-Ella le responde…. Mejor nos vamos que los pescuezos no retoñan.

– Debe ser lo mejor, le pregunta… y las maletas?

– Las tengo listas desde el primer día que llegamos aquí, yo sabía que esto no podía durar mucho, sabía que ibas a ser un presidente temporal, lo que empieza mal termina peor, le responde.

-Vámonos entonces dice Maduro…. Pero no voy a renunciar, se van a quedar con las ganas, que se jodan, esto es puro bochinche, bochinche, bochinche, dice recordando su niñez plácida y tranquila en la ciudad de Cúcuta, la primera combatiente lo saca de sus recuerdos de infancia, lo toma dócilmente de los brazos y se lo lleva sin resistencia alguna hacia la Carlota para partir a Cuba hacia el exilio dorado.

Mientras tanto el general Benavides junto al Gral. Pollo e’ granja ordenan a sus hombres que ataquen, golpeen y dispersen a los protestantes. En el mismo instante que van a proceder a linchar al pueblo decidido a rescatar con sangre y lágrimas su derecho a la libertad. En ese preciso momento el General Padrino recibe una llamada, es Odiado Cabello, quién ha observado la multitudinaria protesta con un dron, está escondido como siempre que hay peligro en los altos mirándinos.

-Entrega el coroto, le dice Odiado a Padrino.

– Que es eso?

-Maduro se fue y nos dejó con los crespos hechos. Aristóbulo ya más allá de la Orchila en su yate, no hay gobierno, nos dejaron solos.

-Y ahora, dice Padrino.

-Por ahora, vamos a escondernos, para ver si esta gentuza se le olvida lo que hicimos.

-Se le olvida?, yo te aviso chirulí, no lo creo, esta va a ser una película que se va a llamar, “Cuando la Justicia nos Alcance” dice Padrino

– Yo me voy pal Furrial, allá todos me quieren, estoy seguro que soy intocable, además tengo inmunidad parlamentaria.

– Allá ud. Voy a dar la orden que bajen las armas y se retiren a sus cuarteles, el lugar desde dónde nunca debieron salir.

La multitud rebasa las barricadas, sigue, sigue y sigue su paso heroico rumbo a Miraflores para rescatar la libertad y la Democracia en el día más feliz de toda Venezuela de los últimos doscientos años.

Desde el Ávila el Libertador Simón Bolívar, el verdadero, acompañado de José Félix Rivas, Luisa Cáceres de Arismendi y Rafael Urdaneta sonríen complacidos junto a Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Andrés Eloy Blanco, Rómulo Gallegos, Arturo Uslar Pietri, Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campins, Alberto Carnevali, Carlos Rangel, Leopoldo Sucre Figarella, Arístides Calvani, Domingo Alberto Rangel, Enrique Tejera París, Alberto Adriani y Mercedes Pulido Briceño miran felices como el pueblo venezolano unido defendió su legado y rescató la Democracia, un pueblo que rebelándose ante la injusticia levantó con honor y dignidad sus banderas de libertad ante la bota opresora del Presidente Maduro. Es tiempo de Libertad y Democracia. Es tiempo de constituyente.