Álvaro Vargas Llosa: «Hay que combatir el populismo, pero primero hay que entenderlo»
El triunfo del 'Brexit', la victoria de Donald Trump, los ascensos de Marine Le Peny Geert Wilders -en Francia y Holanda, respectivamente- y el mandato del presidente filipino, Rodrigo Duterte, son algunos ejemplos de cómo el populismo está extendiendo sus tentáculos en el mundo sin aparentemente ningún freno. Este fenómeno ya no se encuentra sólo en los libros de Historia o en algunos palacios presidenciales de los Gobiernos latinoamericanos, hoy es una "epidemia viral".
Así define el escritor y premio Nobel peruano, Mario Vargas Llosa, esta tendencia. Lo hace en el prólogo del libro
"Hoy el populismo es un fenómeno universal, el populismo está en Europa, está en EEUU, en América Latina y en Asia", explica Álvaro Vargas Llosa, durante una entrevista sobre su nuevo título, impulsado por la Fundación Internacional para la Libertad y en el que también ha expuesto el caso estadounidense. "Hay una universalidad y una amplitud política que hacen de este fenómeno algo abrumador. Es fundamental combatirlo, pero para combatirlo hay que entenderlo primero: sus causas, sus raíces, su manera de actuar, los estragos que ha producido en el pasado", subraya uno de los intelectuales más influyentes en la región latinoamericana.
Portada del libro de Álvaro Vargas Llosa.
En el libro se expone: "Aún estamos lejos de haber presenciado el fin de los avances del populismo". ¿Hasta qué punto se puede llegar?
Va a depender enteramente de nosotros. Es decir, si el populismo no tiene frenos, avanzará hasta donde pueda llegar. Me parece especialmente grave que hoy un país símbolo de la libertad y de la democracia liberal como EEUU esté emitiendo al mundo señales de populismo, porque esto puede dar una validación a fenómenos populistas más extremos, más violentos, en otras partes, incluyendo Europa Oriental, Central, donde estamos viendo la deriva del Gobierno húngaro o lo que está pasando en Polonia. Y también en el caso de América Latina, donde la experiencia populista es la de fracaso. Nos ha estallado el populismo en casa y en los lugares menos pensados y tenemos que recordarle a los países que habían erradicado el populismo las raíces de su civilización y de su progreso, porque si no se lo recordamos hay riesgo de que se produzca una erosión de las bases sobre las cuales se asientan su democracia liberal y su economía de mercado. Uno de esos países es EEUU.
¿Cree que los múltiples ataques terroristas que están teniendo lugar están motivando la aparición de nuevos populismos?
Hoy, el miedo y el pánico están llevando a algunas sociedades a abrazar ideas nacionalistas y xenófobas muy extremas, que en condiciones de normalidad, de convivencia pacífica, ni siquiera tolerarían. El terrorismo es muy perverso en ese sentido, sabe cómo transformar a la democracia liberal en una sociedad bárbara.
¿En qué consiste la amenaza de la era Trump y qué consecuencias podría tener?
Trump está descubriendo los límites del sistema, que él quiere forzar para llevarlo hacia algo muy parecido al populismo nacionalista. Trump ha escogido dos o tres elementos liberales o vinculados al Partido Republicano más tradicional y los ha amalgamado con su discurso y creencia nacionalista. Yo sí creo que la sociedad estadounidense, la democracia liberal y la economía de mercado sobrevivirán a Trump, pero ésa será una batalla larga y traumática.
¿Cree posible un 'impeachment' a Trump?
Lo que preveo en el Partido Republicano no es un 'impeachment' contra su propio líder, sino más bien un forcejeo permanente para tratar de señalarle algunos límites. Los republicanos están en ese cálculo, es decir, suframos a Trump pero tratemos de que en estos años se puedan aprobar tres o cuatro reformas en las que creemos y en las que venimos luchando desde hace mucho tiempo.
En el escenario mundial, ¿el eje franco-alemán podría frenar al presidente de EEUU?
Yo creo que parcialmente sí, pero es una ingenuidad pensar que Alemania y Francia están en condiciones de sustituir a EEUU como grandes líderes del mundo libre, porque no tienen el peso militar, no tienen el consenso de Europa y porque la economía europea todavía es relativamente frágil. Lo que sí veo que en el vacío que se está produciendo por la ausencia de liderazgo de EEUU en la democracia liberal, el rol que va a jugar sobre todo Alemania va a ser un rol de custodio de los valores liberales. En cuanto a Emmanuel Macron va a depender mucho de las reformas internas que haga.
En el libro, el 'Brexit' se plantea como un cataclismo para Europa porque al fin y al cabo el Reino Unido es el nexo de unión con el Atlántico.
El 'Brexit' ha sido una tragedia, yo hubiera preferido que el Reino Unido diera la batalla contra la burocracia de Bruselas dentro de la Unión Europea. Dicho esto, cometería un gravísimo error también Europa si para evitar que cunda el ejemplo, es decir que haya futuros 'Brexit', castiga al Reino Unido castigándose así misma, evitando una negociación inteligente. Europa necesita al Reino Unido. Yo tengo la esperanza que una vez que las pasiones amainen se vaya a algún tipo de acuerdo no demasiado distinto al que hay en estos momentos con Suiza y Noruega. Lo necesitan ambas partes.
Uno de los ejemplos más preocupantes de populismo es el de Venezuela, explicado por la opositora María Corina Machado. ¿Hasta dónde está dispuesto el chavismo a sacrificar a la sociedad venezolana?
Yo creo que hasta las últimas consecuencias. Ellos van a matar todo lo que haya que matar, van a matar de hambre a todo el que tengan que matar de hambre, con tal de sobrevivir. Lo que está pasando allí es la barbarización biblíca de Venezuela. Maduro está dispuesto a llegar hasta donde tenga que llegar.
Ya con Chávez hubo movilizaciones, revocatorio… ¿Cómo se le puede arrebatar el poder al 'madurismo?
Hay una diferencia hoy con respecto al pasado. Hoy sí hay una mayoría masiva contra el régimen, antes no la había, había un país partido en dos mitades. Hay una unidad impresionante. Es gente que le ha perdido el miedo y también está dispuesta a llevar esta lucha hasta las últimas consecuencias. Lo que es una tragedia es que no surja dentro del 'madurismo' una corriente que no diga basta: 'No vamos a seguir matando, llenando de zozobra las calles, vamos a negociar con la oposición una salida electoral'. Esto es lo que tendría que ocurrir.
¿Cree que es la única solución la negociación electoral?
La única. No una negociación de estas farsas que monta Maduro, una negociación para una convocatoria electoral seria con vigilancia internacional.
En el libro se habla de España como un caso diferente. ¿Por qué no ha calado aquí el populismo?
Porque ha habido factores algo distintos a los de otros países que han jugado un papel importante. Uno es que los nacionalismos, sobre todo el catalán también el vasco, allí se ha concentrado una parte del populismo español, que ha sido como una especie de muro de contención contra el otro populismo. Luego hay otra vertiente del populismo que es la que surge después de la crisis financiera de 2007-2008, que es la que encarna la indignación ciudadana primero y luego Podemos, y que representa hoy una vertiente de la izquierda que calza perfectamente con el populismo latinoamericano. Esto supone un reto para toda la democracia española y, sobre todo, para el PSOE. O el PSOE le arrebata a Podemos la identidad de la izquierda española o Podemos le gana al PSOE esa batalla, entonces la democracia española va a tener que convivir en su seno con una corriente populista profundamente antiliberal, que podría crecer eventualmente el día de mañana en la medida que la derecha se vaya desgastando.
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