Argentina: No es gradualismo, es sentido contrario
Por Alejandro A. Tagliavini
Así como alentó el rumor de que se ascendería a emergente, cuando falta mucho, el gobierno enarbola un crecimiento que, al menos, es dudoso. Así nos ve el mundo: las inversiones no llegan -salvo para la bicicleta financiera-, allí está la clasificación del MSCI y el riesgo país (EMBI +) está en 427 pb, y sube, mientras que Evo Morales consiguió 189 y baja. La palabra de moda es “gradualismo”, y expresa la principal crítica al gobierno, cuando el problema es que va en sentido contrario.
Gradualista -fiel a su filosofía milenaria- es China, cuyo PIB per cápita llegó a crecer más de 14% anual. Pero, obviando que el PIB mide, básicamente, el consumo y no los recursos de producción, veamos el “crecimiento” que, al estilo Durán Barba, anunció el Indec. El PIB del primer trimestre 2017 habría subido 0,3% interanual. El aumento demográfico anual esta entre 1,3 y 1,8%, de donde el PIB per cápita -que es el real porque expresa el crecimiento personal- habría caído más de 1%. Dice que terminó la recesión porque se habrían sumado tres trimestres consecutivos con crecimiento respecto del anterior: 0,1% (casi cero); 0,7% y 1,1%. Descontado el crecimiento poblacional, 0,4% trimestral, la progresión del PIB per cápita sería -0,3%; 0,3% y 0,7%.
Por cierto, mientras para el Indec la industria no despega, Ferreres -sorprendido porque esperaba una caída del PIB del 0,3%- asegura que “en mayo, la industria creció 3,9% interanual… tercer mes consecutivo en terreno positivo”. ¿Quién acierta? Y veremos cómo sigue el año, por múltiples razones, creo que será negativo. Quizás el mejor argumento entre quienes creen que el PIB crecerá en 2017, sea el de considerar a la construcción -artificialmente apalancada desde el Estado- y aplicar el modelo auto regresivo. Pero esto supondría un crecimiento del Estado -y sus empresas “amigas”- en detrimento del mercado tanto que podría decirse que, el de Macri, es el camino “capitalista” al socialismo. En cualquier caso, por la ley de marginalidad, no es posible el crecimiento genuino -sin dibujos ni propaganda- si crece la pobreza y el desempleo (y el delito).
Dice la Real Academia que pueblo (Del lat. popŭlus.), entre otras acepciones, se refiere a un “Conjunto de personas de un lugar…”, pues eso es el mercado: personas comunes trabajando y cooperando voluntariamente y atendiendo, primero, las necesidades primarias. Por el contrario, el profesor Peter Klein asegura que las grandes firmas avasallantes surgen solo cuando el mercado está interferido por el gobierno, porque tienen gran capacidad de lobby y logran la promulgación de leyes que las benefician. Para terminar, recordemos que destacados eclesiásticos, profesores de Moral y Teología en Salamanca durante el siglo XVI, desarrollaron la teoría del mercado: era un estudio del comportamiento moral (natural) del hombre común y sus relaciones pacíficas y voluntarias en pos del desarrollo social.
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