El General Perón les habla a sus soldados
1. Carta por la muerte del Che Guevara. 1967
Contexto: El Che Guevara intenta implantar un foco guerrillero en Bolivia. Luego de diez meses de travesía por montes y quebrada, es detenido y fusilado el 9 de octubre de 1967 por el Ejército de ese país. Juan Domingo Perón, proscrito y exiliado en Madrid, redacta una carta.
“Compañeros: con profundo dolor he recibido la noticia de una irreparable pérdida para la causa de los pueblos que luchan por su liberación. Quienes hemos abrazado este ideal, nos sentimos hermanados con todos aquellos que en cualquier lugar del mundo y bajo cualquier bandera, luchan contra la injusticia, la miseria y la explotación. (…) Nos sentimos hermanados con todos los que con valentía y decisión enfrentan la voracidad insaciable del imperialismo, que con la complicidad de las oligarquías apátridas apuntaladas por militares títeres del pentágono mantienen a los pueblos oprimidos. (…) Hoy ha caído en esa lucha, como un héroe, la figura joven más extraordinaria que ha dado la revolución en Latinoamérica: ha muerto el Comandante Ernesto Che Guevara. Su muerte me desgarra el alma porque era uno de los nuestros, quizás el mejor: un ejemplo de conducta, desprendimiento, espíritu de sacrificio, renunciamiento. La profunda convicción en la justicia de la causa que abrazó, le dio la fuerza, el valor, el coraje que hoy lo eleva a la categoría de héroe y mártir. (…) Su vida, su epopeya, es el ejemplo más puro en que se deben mirar nuestros jóvenes, los jóvenes de toda América Latina.
2. Carta a Montoneros. Febrero de 1971
Contexto: Siete meses después de secuestrar y matar al General (RE) Aramburu, Montoneros envía una carta a Perón en la que expresa los fundamentos de la ejecución. Montoneros pregunta si el crimen interfirió sus “planes políticos inmediatos”.
La respuesta de Perón:
“Estoy completamente de acuerdo y encomio todo lo actuado. Nada puede ser más falso que la afirmación de que con ello ustedes estropearon mis planes tácticos porque nada puede haber en la conducción peronista que pudiera ser interferido por una acción deseada por todos los peronistas”.
En otro punto de la carta, Montoneros expone la eficacia de su “método de lucha para golpear el régimen con la ejecución de Aramburu” y afirma que “el único camino posible para que el pueblo tome el poder e instaure el socialismo nacional, es la guerra revolucionaria total, nacional y prolongada, que tiene como eje fundamental y motor al peronismo”.
Perón responde:
“Totalmente de acuerdo en cuanto afirman sobre la guerra revolucionaria. Es el concepto cabal de tal actividad beligerante. Organizarse para ello y lanzar operaciones para ‘pegar cuando duele y donde duele’ es la regla. Donde la fuerza represiva esté, nada; donde no esté esa fuerza, todo. Pegar y desaparecer es la guerra por la que se busca no una decisión sino un desgaste progresivo de la fuerza enemiga. En este caso la descomposición de las fuerzas de que pueda disponer la dictadura por todos los medios; a veces por la intimidación que es arma poderosa en nuestro caso, otras por la infiltración y el trabajo de captación, otras por la actuación directa según los casos pero, por sobre todas las cosas, han de comprender los que realizan la guerra revolucionaria que en esa “guerra” todo es lícito si la finalidad es conveniente”. (…) De ello se infiere que, los Montoneros, en su importantísima función guerrera, han de tener comandos muy responsables, y en lo posible operar lo más coordinadamente posible con las finalidades de conjunto y las otras fuerzas que en el mismo o distinto campo, realizan otras formas de acción, también revolucionaria”.
3. Carta de Perón a Carlos Maguid, enjuiciado y condenado por el crimen de Aramburu
Contexto: El 16 de diciembre de 1970, la Sala Penal de la Cámara de Apelaciones dictó las condenas por el caso Aramburu. Carlos Maguid, a 18 años de prisión por “asociación ilícita calificada, robo y homicidio calificado”.
El 20 de febrero de 1971 Perón le escribe una carta
“Hemos seguido como propia la ‘odisea’ vivida por usted con motivo del ignominioso juicio que terminó en su inicua condena. Tristes días son para la patria, cuando los verdaderos patriotas son objeto de la persecución más despiadada, pero la condena de los canallas, transitoria en sí, no puede ser sino efímera como será el destino de su dictadura y su injusticia. Ya el pueblo argentino se encargará de liberarlo junto con la patria y entonces faltarán árboles en Buenos Aires para hacer efectiva una justicia por la que se está clamando hace quince años. La hora de la redención de los proscritos llegará a su tiempo, y en ella, cada uno recibirá su merecido porque no se puede encarnecer a un pueblo, sin que un día “se sienta tronar el escarmiento”.
4. Carta de Perón a los “Compañeros de la Juventud “. Febrero de 1971
Contexto: Durante el gobierno del general Roberto Levingston, Perón se comunica por primera vez en forma directa con la Juventud Peronista en la década del ’70. Designará a Rodolfo Galimberti como Delegado Juvenil ante el Consejo Superior Peronista, con la misión de organizar la JP.
“Tenemos una juventud maravillosa, que todos los días está dando muestras inequívocas de su capacidad y grandeza. “(…) Yo tengo una fe absoluta en nuestros muchachos que han aprendido a morir por sus ideales, y cuando una juventud ha aprendido y alcanzado esto, ya sabe todo lo que una juventud esclarecida debe saber. Tenemos demasiados muertos, encarcelados y proscriptos para que nos olvidemos de su mandato (…) La guerra revolucionaria en que se está empeñado impone una conducta: luchar con decisión y perseverancia. (…) No sabemos hasta dónde nos llevará la violencia de la dictadura militar. Por eso deberemos prepararnos y actuar frente a todo evento. El Movimiento Peronista ha de estar organizado apropiadamente para ello, en forma que permita la lucha orgánica de superficie y pueda hacer frente a las formas cruentas que suelen ser impuestas por las dictaduras como la que azota al país en nuestros días. Las Formaciones Especiales encargadas de lo último, han de tener características especiales y originales, como especiales y originales son las funciones que deben cumplir. Ellas actúan tanto dentro de nuestro dispositivo, como autodefensa, como fuera de él en la lucha directa de todos los días, dentro de las formas impuestas por la guerra revolucionaria”.
5. Actualización política y doctrinaria para la toma del poder. Julio 1971
Contexto: En un reportaje de dos horas filmadas por Osvaldo Gettino y Pino Solanas en Puerta de Hierro, Perón fundamenta la opción por la “guerra revolucionaria” frente a la dictadura del General Lanusse.
“Indudablemente que en este momento, dentro del panorama nacional frente a la dictadura, hay tres acciones: una es la guerra revolucionaria, otra es una insurrección que parece proliferar en el ejército, con los generales y todas esas cosas, y la otra es la línea pacífica de la normalización institucional. Son las tres acciones que se están realizando. Indudablemente la guerra revolucionaria es una guerra larga, sumamente larga y muy cruenta, donde el sacrificio de los hombres es una cosa penosa y prolongada. Y quizá ése sea un camino si no hay otro camino”. (…) La guerra revolucionaria que realiza un pueblo, en la situación en que nosotros estamos, puede llamarse guerra integral. Guerra integral porque se hace por todos los medios, en este momento y en todo lugar, es decir, cada uno de los que forman esa fuerza popular, que está en lucha, de la mañana la noche, hace en cada lugar y en cada momento, su acción de guerra, su lucha…”.
6. Perón habla con la televisión y la prensa italiana. Octubre de 1972
Contexto: Después de los fusilamientos de guerrilleros de Montoneros, ERP y FAR en la base naval de Trelew, y en medio de la tensión política por su enfrentamiento con el General Lanusse, Perón plantea un escenario de “guerra civil”. Retornará al país al mes siguiente.
“La juventud, que como ocurre en todos lados reacciona violentamente, ha comenzado hace poco una guerra revolucionaria, como la llaman ahora, con acciones de naturaleza diversa. La violencia del pueblo la provoca la violencia del gobierno. Estos hechos [en referencia a la masacre de Trelew] no favorecen ciertamente a la pacificación a que todos aspiramos, sino que nos impelen precisamente hacia una guerra civil. En nuestro país, dado que el gobierno militar ha actuado de modo particularmente violento, todos los grupos de oposición, exasperados, han hecho frente común, creando organizaciones armadas y hasta terroristas con el objeto de defenderse”.
7. Discurso de Perón por radio y televisión. 21 de junio de 1973
Contexto: Cámpora fue electo Presidente. Perón regresa a la Argentina. En Ezeiza, desde el palco se generan disparos contra la izquierda peronista movilizada. Es el primer enfrentamiento directo entre facciones antagónicas del peronismo. Perón traza límites a Montoneros.
(…) los que ingenuamente piensan que pueden copar nuestro Movimiento o tomar el poder que el pueblo ha reconquistado se equivocan… .
8. Discurso de Perón en la CGT. 30 de julio de 1973
Contexto: Cámpora renuncia a la Presidencia y Raúl Lastiri asume la presidencia provisional. Convoca a elecciones. Perón inicia una serie de visitas a la Confederación General del Trabajo (CGT). Habla desde el estrado a los dirigentes sindicales. El jefe sindical José Ignacio Rucci y su esposa Isabel Perón, permanecen a su lado.
“Es indudable que en todos los movimientos revolucionarios existen tres clases de enfoques. El de los apresurados, que creen que todo anda despacio porque no se rompen cosas ni se mata gente. El otro sector está formado por los retardatarios, esos que no quieren que se haga nada, y hacen todo lo posible para que esa revolución no se realice. Entre esos dos extremos perniciosos existe uno que es el del equilibrio, y que conforma la acción de una política que es el arte de hacer lo posible, no ir más allá ni quedarse más acá. Pero hacer lo posible en beneficio de las masas, que son las que más merecen y por las cual tenemos que trabajar los argentinos”.
Contexto: El Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) ataca al Regimiento 10 de Caballería Blindada de Azul, en la provincia de Buenos Aires. Perón convoca a la acción al Movimiento Justicialista. Pocos días después se producirá la renuncia el gobernador Oscar Bidegain, apoyado por la Tendencia Revolucionaria Peronista.
“No es por casualidad que estas acciones se produzcan en determinadas jurisdicciones. Es indudable que ellos obedecen a una impunidad en la que la desaprensión e incapacidad lo hacen posible, o lo que sería aún peor, si mediara, como se sospecha, una tolerancia culposa.
En consecuencia, el Gobierno Nacional, en cumplimiento de su deber indeclinable, tomará de hoy en más las medidas pertinentes para atacar al mal en sus raíces, echando mano a todo el poder de su autoridad y movilizando todos los medios necesarios.
El Movimiento Nacional Justicialista movilizará, asimismo, sus efectivos para ponerlos decididamente al servicio del orden y colaborar estrechamente con las autoridades empeñadas en mantenerlo.
Pido igualmente a los compañeros trabajadores una participación activa en la labor defensiva de sus organizaciones, que tanto ha costado llevarlas al clima magnifico de su actual funcionamiento. Esas organizaciones son también objeto de la mirada codiciada de estos elementos, muchas veces disfrazados de dirigentes. Cada trabajador tiene un poco de responsabilidad en esa defensa, y espero confiado, porque los conozco, que las sabrán defender como lo han hecho en todas las ocasiones”.
10. Diálogo de Perón con diputados de la Juventud Peronista en Olivos. 22 de enero de 1974
Contexto: Perón recibe en Olivos al bloque de diputados de la Juventud Peronista, que le había solicitado una entrevista para expresar su disidencia a la reforma al Código Penal que debatiría el Parlamento. Perón los recibe con una cámara encendida, que emite en vivo para televisión. López Rega está sentado junto a él. Después de la reunión, los diputados son expulsados del Movimiento Peronista.
“Nadie está obligado a permanecer en una fracción política. El que no está contento, se va. En este sentido, nosotros no vamos a poner el menor inconveniente. Quien esté en otra tendencia diferente de la peronista lo que debe hacer es irse. (…) A la lucha, y yo soy técnico en eso, no hay nada que hacerle, más que imponerle y enfrentarle con la lucha. Y no atarse las manos frente a esa fuerza; y especialmente, no atarse las manos suprimiendo la ley que lo puede sancionar. Porque nosotros, desgraciadamente, tenemos que actuar dentro de la ley, porque si en este momento no tuviéramos que actuar dentro de la ley ya lo habríamos terminado en una semana. Para nosotros es un problema bien claro. Queremos seguir actuando dentro de la ley y para no salir de ella necesitamos que la ley sea tan fuerte como para impedir esos males. Si no contamos con la ley, entonces tendremos también nosotros que salirnos de la ley y sancionar en forma directa como hacen ellos. Ahora bien; si nosotros no tenemos en cuenta a la ley, en una semana se termina todo esto, porque formo una fuerza suficiente, lo voy a buscar a usted y lo mato, que es lo que hacen ellos. Si tenemos ley, el camino será otro; y les aseguro que si tenemos que enfrentar la violencia con la violencia, nosotros tenemos más medios, y lo haremos a cualquier precio porque no estamos aquí de monigotes”.
11. Perón habla con dirigentes de la Juventud Peronista en la residencia de Olivos. 7 y 14 de febrero de 1974
Contexto: Se inicia el desplazamiento de Montoneros en sectores del Estado. Perón recibe a sectores juveniles ortodoxos y sindicales del peronismo, pertenecientes a la Concentración Nacional Universitaria (CNU), el Comando de Organización (CdeO), y la Juventud Peronista República Argentina (JPRA), ligada a López Rega, para reorganizar la JP. Uno de los asistentes a la reunión fue Alejando Giovenco, que militaba en el sindicato metalúrgico, y morirá la semana siguiente cuando le explotó una bomba que llevaba en su portafolio. Fue velado en la sede del Partido Justicialista, el mismo lugar donde se intentó velar a guerrilleros fusilados de Trelew.
“El problema que nosotros estamos interesados en plantear en primer término, es político-ideológico. En la juventud peronista, en estos últimos tiempos, especialmente, se han perfilado algunos deslizamientos cuyo origen conocemos, que permiten apreciar que se está produciendo en el movimiento una infiltración, que no es precisamente justicialista. Es decir, nosotros no queremos poner un cartabón para que cada uno piense estricta y sectariamente lo que nosotros afirmamos, pero no podemos admitir que con ese pretexto se nos pretenda meter dentro de nuestro movimiento ideologías y doctrinas totalmente extrañas y antagónicas a nuestra manera de sentir y de apreciar. Este es el problema. (…) En el país no se ha dado nunca el fenómeno de la infiltración política; gente que se infiltra en un partido o movimiento político con otras finalidades que las que lleva el propio movimiento. Antes de pensar en una organización, hay que pensar que sea realmente una organización y no una bolsa de gatos que dentro de poco empiecen nuevamente a mostrar las uñas. Por ello es necesaria esa purificación. (…) Los que quieren seguir peleando, bueno, van a estar un poco fuera de la ley porque ya no hay pelea en este país. Hay pacificación que es la base sobre la cual nosotros hemos armado todo nuestro quehacer y hemos fijado nuestros objetivos. Para pelear, si hay que pelear, yo decreto la movilización y esto se· acaba rápidamente; convoco a todos para pelear y van a pelear organizadamente, uniformados y con las armas de la Nación. Pero no es eso en lo que estamos. Con eso no vamos a hacer sino echar al país un paso más atrás de lo que está. Para dar pasos adelante tenemos que hacer primero la pacificación, después el ordenamiento. No interesa cómo”.
12. Perón habla desde el balcón de la Casa Rosada. 1 de mayo de 1974
Compañeros: hoy, hace veintiún años que en este mismo balcón, y con un día luminoso como el de hoy, hablé por última vez a los trabajadores argentinos. Fue entonces cuando les recomendé que ajustasen sus organizaciones, porque venían días difíciles… No me equivoqué, ni en la apreciación de los días que venían, ni en la calidad de la organización sindical, que a través de veinte años… pese a esos estúpidos que gritan… Decía que a través de estos veintiún años, las organizaciones sindicales se han mantenido inconmovibles, y hoy resulta que algunos imberbes pretenden tener más mérito que los que durante veinte años lucharon…Por eso compañeros, quiero que esta primera reunión del Día del Trabajador sea para rendir homenaje a esas organizaciones y a esos dirigentes sabios y prudentes que han mantenido su fuerza orgánica, y han visto caer a sus dirigentes asesinados, sin que todavía haya sonado el escarmiento”.
El autor es periodista e historiador (UBA). Su último libro es “Primavera Sangrienta. Argentina 1970-1973. Un país a punto de explotar. Presos políticos, guerrilla y represión ilegal”. Ed. Sudamericana.
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