Guatemala: Apatía Juvenil

República

la información reciente emitida por el Departamento de Inscripción de Ciudadanos y Elaboración de Padrones, DICEP, del Tribunal Supremo Electoral hay más de 2 millones 350 mil ciudadanos que han obtenido su DPI y aún no se han empadronado. 

Actualmente hay más de 7 millones 746 mil ciudadanos empadronados, de los cuales la mayoría oscila entre los 26 y 35 años de edad, seguidos por empadronados entre los 36 a 45 años y mayores de 56.

El plazo para quienes ya tienen su DPI y desean empadronarse, cierra el 17 de marzo, es decir unos cuantos días. Cabe aclarar que sólo podrán votar en las siguientes elecciones aquellos que se encuentren registrados en dicho padrón.

El dato que llama la atención de quienes aún no se han empadronado, es que más de la mitad, para ser precisos el 63.6%, son jóvenes de 18 a 25 años.  Esto significa que 1 millón 500 mil 25 jóvenes aún no se han inscrito en el padrón electoral, a pocos días del cierre del mismo surgen entonces varias preguntas al respecto ¿es acaso este dato un reflejo de la apatía juvenil?

A diferencia del 2015, actualmente no se percibe un ambiente de deseos de cambio en el país. No me refiero a qué no se desee cambiar para mejorar el panorama económico y político sino que ahora hay un mayor escepticismo con respecto a la clase política y a los cambios que puede lograrse con los votos.

La falta de interés de los jóvenes ciudadanos por empadronarse podría reflejar también la apatía y desconfianza hacia el actual sistema electoral y que decir de la oferta política.  Muchos de ellos aún no comprenden el sistema electoral como tal, la transparencia en la elección de los diputados al no ser directa, le quita este elemento importante para los jóvenes.

A unos días del cierre del padrón electoral, será interesante conocer cuánto disminuyó el número de ciudadanos pendientes de empadronarse, cuál fue el rango de edad que más se empadronó y después esto contrastarlo con el día de las votaciones.  

Recordemos que aún no inicia, formalmente, la campaña electoral. No hemos sido “bombardeados” por toda la propaganda electoral que puede aleje más al ciudadano o que lo motive a participar para demostrar su rechazo.

Mientras no cambie el sistema electoral por uno con mayor poder de decisión del votante, con mayor competencia para los políticos, por un sistema uninominal donde el votante sepa por quien votó y cómo se llama su representante;  seguirá la apatía juvenil hacia un sistema electoral que no le representa ni le ofrece opciones de cambio.