Mememorándum al centro-derecha

De un lado, encabezan el populismo Viktor Orban y Matteo Salvini, pues Marine Le Pen está tomándose un respiro. Tienen el respaldo de Rusia: como lo ha revelado «L’Espresso» en Italia, ese apoyo es incluso financiero. Del otro, están Emmanuel Macron, que ha intentado en estos días, con una tribuna publicada en todos los países de la Unión, tomar la jefatura del liberalismo europeo, y Manfred Weber, el líder del PPE en la Eurocámara que pretende suceder a JeanPaul Juncker a la cabeza de la Comisión Europea. Con Angela Merkel ensimismada en lo que a política exterior se refiere en esta etapa declinante de su mandato y una Theresa May por definición no apta para la labor, esos dos son los jefes de fila del antipopulismo europeo.

Pero hay problemas tanto en el caso de Weber como en el de Macron. El primero representa a una entidad, el PPE, de la que forman parte también populistas de derecha como los del Fidesz, el partido de Orban; aunque Weber amenaza con expulsarlos, en realidad emite señales de que quiere, a cambio de algunas concesiones, mantenerlos adentro. El segundo no tiene esa hipoteca; pero, aunque acierta cuando evoca los valores liberales de Europa, desbarra cuando los traduce en propuestas, todas las cuales son, como lo prueba su tribuna dirigida a los europeos, proteccionistas, intervencionistas, burocráticas y anti-mercado. En parte porque esa es la herencia republicana francesa, en parte porque tiene la presión de los «chalecos amarillos» y en parte porque cree que compitiendo con el populismo en ciertos temas le puede birlar votos, Macron expresa una visión de Europa con la que cualquier socialista se sentiría sumamente cómodo.

Aquí es donde se abre la gran oportunidad para el líder del centro-derecha español. Si hubiera, a la cabeza del Gobierno alemán, francés o británico una figura de centro-derecha que encarnara no sólo los valores sino las políticas liberales y tuviera vocación de liderazgo continental, sería jerárquicamente imposible para un jefe del centro-derecha español competir con dicha persona. Pero no la hay. De allí que se haya abierto un espacio para que, aprovechando los comicios españoles de abril y a la vez las elecciones europeas de mayo, el centro-derecha ibérico proyecte una voz potente en toda Europa, desafiando frontalmente y sin complejos al populismo de Orban, Salvini y Le Pen, comprometiéndose a expulsar a Fidesz y compañía del PPE, y oponiendo al constructivismo de Macron un ideario liberal de estirpe más bien anglosajón (sin decirlo así, claro).

Será difícil que, en los años venideros, exista una mejor ocasión para que una figura española se postule como referencia de la Europa liberal. No la desaprovechen ustedes.Santos y la guerrilla en contra de la voluntad popular. La última gran victoria del Partido Comunista de España.