Los cisnes negros en los mercados internacionales
“El mercado puede permanecer irracional más tiempo del que usted puede permanecer solvente”.
(John Maynard Keynes)
“El pánico causa que vendas en el bajón, y la codicia causa que compres cerca a la cima”. (Stan Weinstein). Ambas citas definen parte del comportamiento observado hoy en día por los principales agentes económicos de los mercados internacionales en especial de los mercados bursátiles, frente al efecto del coronavirus, la guerra comercial entre los Estados Unidos y China y la decisión “intempestiva” de Arabia Saudita de iniciar una guerra de precios del petróleo, frente a competidores como Rusia y el petróleo de esquisto estadounidense principalmente.
No obstante, a esta realidad y a las dos citas arriba mencionadas, valdría la pena destacar tres elementos que se encuentran subyacentemente implícitos en el comportamiento de los agentes económicos tanto en el ámbito de la economía real, como financiera internacional en la actual coyuntura económica mundial. El primero lo encontramos en la teoría del cisne negro de Nassim Nicholas Taleb, un filósofo y matemático de origen libanés, nacionalizado estadounidense, que cuestiona en esencia la fragilidad del conocimiento humano y la imposibilidad de predecir el futuro basándose en el pasado, sea, a través, de los modelos econométricos y estadísticos, de carácter determinísticos, de índole probabilísticos, de regresiones multi variables, o de series temporales, entre otros, como el análisis fundamental y estratégico.
El cisne negro según el citado autor es un suceso que se caracteriza por los siguientes atributos: 1. Es un evento único poco frecuente o inédito, fuera de las expectativas normales; realmente impredecible. 2. Que se genera sorpresivamente y que tiene un impacto espectacular de gran alcance; con una profunda repercusión, incluso global. La epidemia del coronavirus y la guerra comercial entre China y los EE. UU., la caída de los precios del petróleo, encajan perfectamente en estos dos supuestos como elementos explicativos de la actual coyuntura de los mercados internacionales.
La lógica del cisne negro nos conduce a pensar que lo que no sabemos es más transcendental que lo que sabemos. Muchos cisnes negros pueden estar ocultos por el hecho de ser inesperados. La dificultad de predecir lo raro, lo inaudito, lo improbable, lo latente, implica la incapacidad de pronosticar el curso de la historia, más cuando los mismos se producen en un mundo con una dinámica de alta interdependencia económica y financiera internacional, en el marco de nuevos escenarios geoeconómicos y geopolíticos, y de tecnologías disruptivas, como el actual. Siendo este el segundo elemento explicativo a destacar dentro de la actual coyuntura económica y política internacional. El enfoque teórico que mejor describe este tipo de situaciones es el de la interdependencia compleja de Robert O. Keohane y Joseph S. Nye, connotados teóricos de la teoría de las relaciones internacionales. El citado enfoque analiza las diversas y complejas conexiones de interdependencia interestatales, transgubernamentales y transnacionales, que se producen, a través, de múltiples canales de índole comercial, comunicacional, financiero, económico y políticos, conectando a las sociedades a nivel global con diferentes grados de interdependencia y vulnerabilidad, frente a los acontecimientos sistémicos de alcance global. Donde la multiplicidad actores de índole estatal y no gubernamental sean empresas globales, organizaciones no gubernamentales de cualquier género, con disimiles, y a veces coyunturales o estructurales, intereses comunes o divergentes. Suelen generar situaciones de cooperación conflicto entre los actores, marcando así la dinámica de los hechos a corto o mediano plazo.
El tercer elemento explicativo a nuestro juicio y tal vez el más relevante para los efetos de los análisis pertinentes, es el de la determinación de la naturaleza circunstancial o estructural de los cisnes negros en cuestión. En la actual coyuntura internacional el coronavirus a pesar de su alcance global epidemiológicamente hablando, y sus múltiples incidencias económicas, financieras y costos en términos de vidas humanas se puede catalogar como un cisne negro coyuntural, pues tal vez en un lapso de un año la ciencia médica logre neutralizarlo y revertir así sus secuelas económicas y financieras a pesar de los costos generados y vidas perdidas. A diferencia de los otros cisnes negros, como lo son el la beligerancia comercial entre China y los EEUU y la guerra del precio del petróleo, sus implicancias parecerían ubicarse más en la vertiente estructural del sistema económico internacional, pues ambas tienden a establecer nuevos patrones orgánicos tanto en términos de cuotas, intercambio comercial, precios, localización de empresas y sus niveles de competitividad, en sus respectivos mercados, con su concerniente incidencia en los mercados financieros globales.
Las secuelas de estos cambios estructurales serán difíciles de predecir y visualizar en toda su magnitud, dada la compleja e interdependiente red de intereses geoeconómicos y políticos involucrados. Lo que si es cierto es que los citados cambios marcaran más allá de los ataques especulativos coyunturales, las nuevas tendencias estructurales a corto y mediano plazo de los mercados bursátiles globales.
El autor es abogado y politólogo Mención Relaciones Internacionales (UCV), especialista en Negociaciones Económicas Internacionales (IAEDPG) y MBA y Master en Finanzas U. Chile.
- 28 de diciembre, 2009
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