Argentina: La trampa del juego Oficialismo y Oposición, que conduce a más decadencia

En primer lugar, es bien sabido por todos que nuestro país sufre crisis recurrentes de inflación y de deuda desde hace décadas, motivadas por un excesivo gasto publico, y una intromisión cada vez mayor del Estado en las decisiones de los individuos. Esta pérdida de libertades se ha ido incrementando paulatinamente y prácticamente a lo largo de todas las administraciones que han pasado por el Poder Ejecutivo. Es claro entonces que el panorama descripto ha impedido crecer al país, volviéndose una sociedad corrupta que vive luchando para hacerse de la escasa riqueza generada por quienes son explotados a través de mecanismos coercitivos de apropiación (impuestos, regulaciones…).

Estas crisis, primeramente económicas, no han sido abordadas por las Instituciones de la Republica a fin de ponerles coto, sino todo lo contrario, pues casi todos los actores han puesto su grano de arena para llegar a la calamitosa situación de crisis sistémica general donde nos encontramos.

En la superficie, lo que se presenta como un problema económico termina siendo una aproximación simplista del problema. Ahora bien, si esto es así, ¿por qué no se ha solucionado a lo largo de décadas y décadas? ¿Tan estúpidos somos los argentinos? Para poder comenzar a contestarnos estas dudas, resulta útil dividir el problema en distintos apartados.

¡El problema es moral!

No, señor lector, nada de ello, ¡el problema económico es consecuencia de la viveza e inmoralidad criolla! Para identificar el problema, ¿basta preguntarnos si en este nefasto sistema socialista prebendario hay ganadores? ¡¡¡Y sí, los hay, y muchos!!! Y estos corruptos personajes son los responsables junto con la continuamente y reciclable casta gobernante que maneja esta “economía de amigos”.

¿Cómo funciona ello y cual es la razón que afecta el funcionamiento económico del conjunto de la sociedad? Simple, los actores buscan la protección estatal a fin de tener “negocios cerrados”, “sobreprecios en contratos públicos”, “limitar importaciones”, “impedir la competencia”, “créditos subsidiados”, “subsidios propiamente dichos”, “leyes especiales que favorezcan su actividad”, etc.

O bien la invención de tales “negocios” son ocurrencia de la clase política que busca “a dedo” a quien favorecer. De más esta decir que todas estas intervenciones generan jugosos “retornos” y ganancias groseras impensadas en otras latitudes, cuyo costo –a no dudarlo- termina encareciendo la vida de los habitantes.

Es por ello que se sostiene en todo orden que no hay mejor cosa que “agrandar el Estado”, pues como dice el viejo dicho: “Administrador que administra y enfermo que enjuaga siempre algo traga”, entonces la política número uno de todas las administraciones será agrandar todo lo que se pueda la “caja” a administrar bajo cualquier excusa, lo que se traduce en los constantes aumentos del gasto publico descriptos, ¡utilizando para ello aunque sean las más ridículas excusas!

La pantomima de las instituciones independientes y la oposición

Así pues, periódicamente, el ciclo económico descrito mas arriba, por exceso de gasto financiado con deuda y/o emisión, lleva a una nueva crisis, durante la cual la administración recurre a todo tipo de medidas inconstitucionales a fin de apropiarse de la escasa riqueza que aun queda en el país, y a fin de calmar la ira popular se hará un “teatro” frente a la sociedad, la cual ingenuamente recurre a la supuesta oposición y a la Justicia a fin de restablecer el orden, sin darse cuenta que en realidad la oposición, la mayoría de los actores descriptos, las Instituciones y sus miembros –salvo honradas excepciones – son también “parte de la matriz”. Pasaré a dar unos ejemplos de ello en el plano político, lo cual he vivido en carne propia.

Oposición cooptada

Esta operatoria como he dicho, viene siendo realizada tanto por el partido/alianza oficialista de turno como por las supuestos partidos políticos opositores. Ello por cuanto se utiliza asiduamente un variado sistema de cooptación, mediante participaciones en los “negocios”, “obras publicas”, “licitaciones”, compra de “informes” de “consultoras amigas”, reparto de “contratos” y “de caja”, etc. Lo cual también llega a la oposición, a los partidos chicos, que algunas veces son la bisagra en una elección, y hasta a los nuevos partidos en formación.

Relataré aquí dos de los mecanismos utilizados en estos últimos:

Ofrecimientos a las autoridades partidarias de la oposición, a fin de “controlar” mediante estas personas así cooptadas, los partidos que podrían poner en riesgo un triunfo electoral o restar un buen caudal de votos, recurriendo para ello a cuanta maniobra este disponible, toda vez que es sabido que en la Republica nadie va preso por corrupción.

Otro mecanismo muy utilizado consiste en crear “falsas opciones electorales”, esto es brindando en los medios y/o redes sociales promesas de creación de Partidos Políticos que están destinados a fracasar, o que finalmente pasan a ser apéndices de los partidos que detentan el poder. El objetivo de esto es “mantener en el juego las opciones existentes”, lo cual puede ser fácilmente percibido sabiendo “leer intenciones”, o candidaturas que luego “se bajan a ultimo momento”, ¡todo ello regado por el impulso mediático que seguramente es apalancado con dinero del contribuyente o bien por empresarios favorecidos por el sistema! Se comprueba tales intenciones con la ausencia de estructuras partidarias, planes de gobierno, escaso o nulo interés en trabajar en equipo, imponiendo colaboradores y candidatos de poca o nula preparación, discurso critico “a dedo”, esto es ausencia de criticas a determinadas políticas, candidatos y/o proyectos (por mas arbitrarios que sean), etc.

Cómo resolver el dilema

Dado nuestro prontuario de Estado corrupto, que cambia constantemente las reglas de juego, y ante el panorama mundial pos pandemia que se avecina, donde más que nunca el concierto de naciones del globo estará compitiendo para atraer inversiones, no hay duda de que el país debe efectuar un giro de 180 grados. Esto es, estaremos forzados a pasar a ser uno de los países que mas respete la Constitución, las normas, los contratos, etc.; como así también tener las más sólidas Instituciones y jueces mas estrictos que los mismos suizos.

Si bien esta empresa parece imposible, quienes quieran comenzar a torcer la realidad que nos rodea deberán ser consistentes, en acción y compromiso, con esta transformación Quienes nos embarquemos en este desafío contaremos con la lamentable pero afortunada ventaja que implica que este sistema irremediablemente fracasará una vez más, pero en esta oportunidad dejará un nivel de pobreza intolerable, haciendo imposible continuar sin cambios.

En segundo lugar debemos aprender a identificar, en todo nivel, el “quién es quién”, esto es ver a quién responde cada actor, evitar la recepción de fondos por parte de los sectores económicos beneficiados con el actual sistema imperante, a fin de no estar obligados a “devolver favores”.

Sólo de esta forma se logrará que partidos e Instituciones estén integradas por ciudadanos comprometidos a producir un verdadero cambio que vaya hasta el hueso, sabiendo que se afectarán muchos “negocios” también llamados “quintitas”. Este cambio no podrá ser otro que quitarle la “caja” a la política y privilegios a algunos pocos, única forma de poder bajar la asfixiante presión impositiva, pues solo así se liberaría al sector privado productivo a fin de que este despliegue su capacidad, genere millones puestos de trabajo y nos saque de la pobreza generalizada.

El desafío es titánico y tendremos en breve un gran dilema como Nación, basta saber aprovecharlo para lograr un futuro prometedor para todos.

@dofipaz