Gildo Insfrán denunciado por violar derechos humanos
Se acumulan las denuncias por violaciones de los derechos humanos contra Gildo Insfrán, gobernador de la provincia argentina de Formosa.
Se han presentado recursos de habeas corpus a favor de miles de personas en los estrados provinciales y federales, se solicitó una medida cautelar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y se elevó a Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, un pedido de intervención para que constate si se vulneran los derechos humanos de los internados en los centros de aislamiento forzoso que Insfrán montó en Formosa.
Ante dicha situación, el lector se preguntará quién es Gildo Insfrán.
Insfrán es el protegido de Cristina Kirchner, del gobernante partido peronista y del presidente Alberto Fernández. Este último refiriéndose a su “amigo” Gildo, manifestó que «él no sabe todo lo que lo valoro, lo que lo respeto y lo quiero». Con respecto a su política sanitaria para enfrentar a la pandemia del coronavirus, Fernández afirmó que es «un modelo a seguir».
Esté político tan bien valorado por las autoridades actuales es gobernador de Formosa desde 1995. Es decir, desde hace más de 25 años, eso fue posible porque reformó la constitución provincial para autorizar la reelección indefinida, al igual que hizo Néstor Kirchner en su momento como gobernador de Santa Cruz. Desde esa situación de poder, eliminaron paulatinamente la separación de poderes, doblegaron al Poder Judicial y casi todos los medios de prensa están en manos de sus adeptos.
Daniel Santa Cruz describe el “modelo” aplicado por Insfrán que Fernández aconseja replicar:
“Imaginemos ese formato aplicado en todo el país, con cientos de miles de ciudadanos no pudiendo regresar a sus hogares, acampando en las entradas de las ciudades, a las policías provinciales yendo a buscar a los posibles contagiados en la madrugada como si fuesen delincuentes buscados por la Justicia para luego hacinar a todo sospechoso de contagio en centros sanitarios no preparados, pésimamente alimentados, birlando todos sus derechos constitucionales, actuando cada uno con la complicidad del Poder Judicial local supeditado a la voluntad política y con dirigentes opositores detenidos y encarcelados. Todo esto con el acompañamiento cómplice de los organismos nacionales con competencia para custodiar los derechos humanos y civiles, como la Secretaría de Derechos Humanos o el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo)”.
Por su parte Joaquín Morales Solá recalca que en “Formosa, la democracia es una vaga noción que aparece cada tanto, en tiempos de elecciones, para ratificar el liderazgo de Insfrán. Preocupado por la escasez del sistema sanitario provincial, Insfrán decidió enfrentar la pandemia violando todos los derechos humanos. Encerró entre rejas a los enfermos en escuelas y hospitales, los mezcló con los contactos cercanos que no estaban enfermos y les prohibió a todos hasta el derecho a caminar. En medio del hacinamiento en que viven, nadie sabe qué clase de comida y de asistencia médica reciben. Nadie conoce cuántos internados hay”. El tratamiento es aún más duro si se trata de comunidades de aborígenes.
La situación descrita ha provocado la presentación de denuncias penales y de habeas corpus a favor de personas confinadas desde hace más de dos semanas en los centros de aislamiento a pesar de contar con varios hisopados negativos.
Insfrán actúa de ese modo —que recuerda a la oscura etapa de la última dictadura militar (1976-1983)— porque cuenta con padrinos políticos poderosos y debido a las débiles instituciones que tiene Argentina.
Por ejemplo, usando como excusa a la pandemia, Insfrán prohibió la entrada a Formosa de los medios nacionales para que pudieran informar sobre lo que allí estaba ocurriendo. Si la aberrante realidad llegó a conocimiento de la ciudadanía fue gracias a los videos realizados con los celulares por periodistas o habitantes de esa provincia. Pero la mayoría de la población evita denunciar esos atropellos en los medios nacionales por miedo a represalias dado que el empleo público es prácticamente la única fuente de ingresos en la paupérrima Formosa.
El espíritu dictatorial de Insfrán se manifestó al arrestar a las concejales Gabriela Neme y Celeste Ruiz Díaz —sin respetar sus fueros— mientras protestaban por las condiciones en que compulsivamente estaban internando a la gente.
Esta situación fue la gota que colmó el vaso e hizo que hasta Amnistía Internacional alertara sobre la violación de los derechos humanos en Formosa y reclamara la intervención del Poder Ejecutivo Nacional: «Lo sucedido en Formosa no es admisible en democracia», dijo en un duro comunicado.
Dentro de ese contexto, es “llamativo” el silencio que ha tenido hasta ahora Horacio Pietragalla Corti, secretario de Derechos Humanos de la Nación. “Llamativo”, es un decir porque ese tipo de organismos en Latinoamérica se caracterizan por su cercanía con los gobernantes de turno, a los que pocas veces censuran, Y cuando lo hacen, generalmente es debido a la presión popular o las denuncias internacionales.
Amnistía Internacional le pidió una reunión a Pietragalla argumentando que «la organización recibió numerosas denuncias por las malas condiciones en las cuales los ciudadanos formoseños son alojados en los Centros de Atención Sanitaria (CAS). En primer lugar, se aísla de manera compulsiva a personas que no tienen el virus COVID-19 junto con personas que sí lo tienen y presentan síntomas leves o son asintomáticas, exponiéndolas al contagio. Las cuarentenas obligatorias se prolongan más de 14 días independientemente del resultado del testeo, ya que incluso luego de obtener uno o varios resultados negativos en muchos casos no se permitió salir del aislamiento. Las personas allí alojadas no tienen acceso a los resultados de sus testeos de COVID-19 ni información precisa sobre su situación de salud».
A raíz de las presiones recibidas, Pietragalla decidió “simular” que iba a verificar in situ si las denuncias se ajustaban a la realidad. Primer indicio de que no iba a realizar su tarea con imparcialidad es que lo anunció con anterioridad porque si se trata de corroborar hechos tan graves, lo lógico es que le inspección se haga de sorpresa.
Periodistas locales y dirigentes opositores revelaron que poco antes de que llegara Pietragalla, las autoridades provinciales trasladaron a las 300 personas que estaban aisladas y hacinadas en el Estadio Cincuentenario, uno de los lugares mencionados en las denuncias.
La oposición denunció que el Gobierno de Insfrán modificó las condiciones del centro de aislamiento ubicado en el Estadio Cincuentenario para la investigación de Pietragalla. La concejal Ruiz Díaz declaró que “ese lugar acaba de ser desmantelado. La gente ha sido trasladada al Hospital Evita, hoy dieron de alta a 140 personas y están colocando camas y colchones nuevos. Todo preparado para dar un ‘city tour’ acorde al que debe tener el secretario de Derechos Humanos”.
Por su parte, el periodista Leonardo Fernández Acosta expuso que «hoy han limpiado el Estadio Cincuentenario: quedaron solo 15 personas donde había 300 personas hacinadas, las mujeres se tenían que bañar vestidas, un lugar que causaba pánico de solo saber que se tenía que ir ahí».
La reacción de Insfrán antes de la inspección a sus centros de reclusión compulsivos, hacer recordar a lo que los nazis realizaron en 1944 en Terezín, un “gueto modelo”. Terezín fue creado como propaganda para demostrarle al mundo que los nazis no estaban exterminado a los judíos. Sin embargo, algunos pintores ahí recluidos lograron hacer llegar a Suiza dibujos que ilustraban con nitidez las brutales condiciones de vida reinantes.
La consecuencia fue que una misión internacional decidió ir a inspeccionar el lugar, cosa que los nazis aceptaron. Pero meses antes de que llegara la misión, el lugar sufrió un impresionante “embellecimiento” y además salieron más transportes que nunca hacia el “este” para que hubiese más lugar para los “residentes”. La escritora Alyson Richman gráficamente explica que “Terezín se convirtió en un escenario”.
Otro tanto ha sucedido en Formosa con la visita de Pietragalla.
Hana Fischer es uruguaya. Es escritora, investigadora y columnista de temas internacionales en distintos medios de prensa. Especializada en filosofía, política y economía, es autora de varios libros y ha recibido menciones honoríficas.
- 28 de diciembre, 2009
- 10 de abril, 2013
- 8 de junio, 2015
- 4 de septiembre, 2015
Artículo de blog relacionados
Por Brian Fincheltub El Republicano Liberal Más que por sinceridad, en un acto...
4 de marzo, 2014El País, Madrid Irán y Venezuela no podrían ser países más diferentes. Piadosos...
22 de junio, 2009La Segunda Santiago.– En un primer momento, los expertos de la industria estimaron...
2 de octubre, 2009- 17 de octubre, 2008