La similitud de las Nuevas Guerras
Según el último balance publicado por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas (OHCHR), desde el inicio del conflicto hasta el jueves 17 de marzo, han perdido la vida 690 civiles, de los cuales 97 son niños, y otros 1.143 han resultado heridos, entre ellos 97 menores. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, confirmó el sábado 26 de marzo que al menos 1.300 militares ucranianos murieron desde el comienzo de la invasión rusa al país, el 24 de febrero. Cumplido un mes de la invasión de Ucrania, el último balance del 21 de marzo de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas (ACNUDH) eleva a 886 bajas civiles, incluidos 39 niños, y 1.436 heridos, de los cuales 60 son menores. A esta horrible desgracia, hay que sumarle otra calamidad, la cual es, los 4 millones de emigrantes de Ucrania a consecuencia de esa guerra.
Ahora bien, aquí en Venezuela no vemos, ni oímos bombas ni tiros, pero si vimos a estudiantes, a jóvenes y muchas personas manifestando pacíficamente en las calles de Venezuela, con el objeto de lograr nuestra libertad a la opresión producida por la invasión por Cuba, Rusia, el terrorismo islámico.
Las FARC, el ELN, y el cartel de drogas más grande del mundo, los cuales fueron asesinados vilmente por el criminal régimen desde hace 22 años. Lo que es sin lugar a dudas, una Guerra no convencional.
En efecto, Fundaredes informó el pasado miércoles 30 de marzo que en el año 2021 se registraron, al menos, 317 presuntos enfrentamientos en los estados fronterizos de Amazonas, Apure, Bolívar, Falcón, Táchira y Zulia, en los que 439 personas murieron, lo que representa 45% del total de las víctimas de homicidio en dichas regiones. Y esto sin contar las muertes provocadas por el ELN y las FARC en Apure por el control de las drogas y en Bolívar en torno a lo relacionado con crímenes cometidos en el Arco Minero, los cuales fueron denunciados con pruebas fehacientes y notorias en la CIDH y en la CPI, a las que inexplicablemente, por sus tendencias a las ideologías de izquierda, no les dieron curso, al igual que la señora Michelle Bachelet, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Asimismo, a esto hay que sumarle las tasas de homicidios en Venezuela, producto de la recomendación de Fidel Castro al General Guaicaipuro Lameda, las cuales han sido objeto de controversia desde que el gobierno venezolano ha negado el acceso legal a las estadísticas de homicidios oficiales. De acuerdo con el gobierno de Venezuela, la tasa de homicidios en 2013 se redujo de 50 a 39 por 100.000. Sin embargo, la Fiscal General Luisa Ortega Díaz declaró a Naciones Unidas que la tasa de 2014 fue de 62 por 100.000, casi el doble de lo publicado para 2013.
Una organización no gubernamental conocida como el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), que recoge los datos de criminalidad de siete diferentes universidades en todo el país, también proporciona datos de las tasas de homicidios en el país. El OVV coloca la tasa de homicidios para ese año (2013) en aproximadamente 79 por cada 100.000 y la tasa de homicidios en la capital Caracas a 122 por cada 100.000 habitantes. En 2014, los datos de frecuencia de asesinatos del OVV mostraron un aumento de la tasa hasta llegar a 82 por 100.000, saquen ustedes mismos las cuentas de los decenas de miles de fallecidos por esta causa.
Igualmente, hay que sumarle los crímenes cometidos a los presos políticos en las ergástulas del régimen, es decir, cumplieron a cabalidad las recomendaciones de Fidel Castro a Guaicaipuro Lameda, que a continuación transcribiremos, cuando este General estuvo en Cuba, en una visita (en el año 2000) solicitada por Fidel a Chávez por intermedio del Ministro de Industrias Básicas, con doble propósito. Primero, convencerlo de la necesidad que tenía Cuba de recibir ayuda desde Venezuela, y segundo, someterlo a un proceso de “inducción revolucionaria”. Chávez lo había presentado a Fidel en los siguientes términos: “Lameda será el Presidente de PDVSA mientras yo sea el Presidente de Venezuela”.
El empobrecimiento colectivo como medio de dominación política
Ingrediente N° 1: Al que no le guste la revolución, que se vaya. Hágaselo difícil pero ábrale unas puertas.
Ingrediente N° 2: A la gente hay que mantenerla ocupada aunque sea buscando comida. Mientras buscan cubrir sus necesidades básicas, manténgalos presionados con los cuerpos de seguridad e inteligencia para que no murmuren y sientan temor.
Ingrediente N° 3: Venezuela tiene que calcular lo que necesita para satisfacer las necesidades básicas de la población. El resto de la renta petrolera le estorba, y tiene que quemarlo. Eso, es una gran oportunidad para quemar dinero mientras se compra y compromete la lealtad de algunos y se inhabilita a los adversarios.
Ingrediente N° 4: Asegúrese un enemigo creíble y poderoso, si no lo tiene CRÉELO. Así, los suyos percibirán que usted es su defensor contra ese GIGANTE que los atropella y los opositores percibirán que tienen una esperanza en ese liderazgo que es capaz de desafiar al poderoso gobierno.
Ingrediente N° 5: Mantenga a los pobres en su pobreza, pero con esperanza, algunos deben saltar de allí y debe ser muy notorio. Dosifíqueles lo que les da, tanto en cantidad y como en oportunidad, pero haga mucha propaganda que es el principal alimento de la revolución.
Ingrediente N° 6: Ponga a los líderes y analistas de oposición a que le haga la mitad del trabajo. Unos que cacareen mucho, pero que “jodan poco” porque los tiene amarrados e inhibidos y los otros porque riegan la propaganda que usted produce para generar miedo y zozobra. Contra la espada y la pared la oposición siempre le sumará a la revolución.
Ingrediente N° 7: Establezca una economía dual en paralelo. Una que se lleva por el régimen que alienta el gobierno para los pobres y la otra que se le hace inalcanzable e insoportable para la oposición. Los pobres quedan dominados y los otros buscan irse.
Ingrediente N° 8: Infunda terror en dos vías: a los suyos que teman perder lo que el gobierno les da, les permite o les ofrece, y a los opositores que tengan mucho miedo a perder lo que tienen, incluso la libertad y la vida.
Ingrediente N° 9: Sea muy permisivo para que se hagan cosas fuera de la ley; y haga que sea muy difícil hacerlo dentro del marco de la ley. Así forzará a que las cosas se hagan fuera de la ley y mantendrá a la gente amarrada, comprometida, dominada e inhabilitada.
Ingrediente N° 10: Las elecciones son un vitalizador de la esperanza. En tiempo de elecciones:
- Entregue más de lo que esperan y hágale mucha propaganda bien focalizada.
- Para realzar la imagen del defensor del pobre, propínele muchos golpes sucios a los opositores.
- Primero, atienda a los más pobres, son los más baratos. Apoye ascendiendo en los otros estratos sociales hasta donde sienta que es suficiente para “ganar las elecciones”. El resto es “el enemigo para la lucha de clases”.
Después de leer este decálogo y, constatar todo lo que ha sucedido en Venezuela en los 22 años de NARCOTIRANÍA transcurridos en el país, definitivamente tenemos que concluir que, hasta ahora, han logrado su objetivo.
En consecuencia: ¿Esto no es una guerra no declarada? ¿¡No es una guerra estar invadidos y dirigidos por Cuba, Rusia, el terrorismo islámico, Las FARC, el ELN, y el cartel de drogas más grande del mundo!?
¿No es una guerra ver morir niños y adultos por falta comida y de medicinas, niños por desnutrición y en este caso, se está estimando que en los próximos meses pueden perder la vida alrededor de 300.000 niños por este motivo, gente comiendo de la basura y niños prostituyéndose por una arepa?
Nos preguntamos
- – ¿Será muy difícil deducir que se han cumplido todos los ingredientes aconsejados por Fidel Castro?
- – ¿Tendremos que esperar a que se incrementen a millones de muertos para que se den cuenta de que estamos en presencia de un Holocausto?
- – ¿Será que además de casi 7 millones de Venezolanos que se han ido del país, buscando PAZ y una nueva forma de vida, se tiene que incrementar a límites muy superiores, para que perciban nuestra tragedia?
- – ¿Será que todavía no hemos visto el peligro de que una Tiranía como esta pueda influir e irradiar sus procesos narcoterroristas y mafiosos a nivel de los países vecinos, convirtiéndose en una amenaza, no solo para Latinoamérica, sino para el mundo?
- – ¿Será que todavía no nos hemos percatado que son los mismos delitos de Genocidio, de Lesa Humanidad y Crímenes de Guerra cometidos por Hitler, Stalin, Mao y Fidel, así como, que en Venezuela solo existe un campo de concentración: TODO EL PAÍS?
En conclusión, esto no es solo un problema para los venezolanos, sino para América y el Mundo.
- 23 de enero, 2009
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