Cato Institute: Índice de Libertad Humana
Infobae – Fundación Atlas para una Sociedad Libre
Semanas atrás, el Cato Institute publicó los resultados de su último Human Freedom Index, que viene realizando hace muchos años, con datos al año 2019, es decir hasta el último año antes de la pandemia de COVID y las cuarentenas implementadas. Es un informe de más de 400 páginas por lo que intentaremos aquí mostrar solamente algunas conclusiones principales y sobre todo la posición que ocupa Argentina en dicha medición.
El Human Freedom Index (índice de libertad humana) se compone de los resultados de dos subíndices, uno el Personal Freedom (índice de libertad personal) y el segundo el Economic Freedom (índice de libertad económica).
El índice de libertad personal tiene una ponderación del 58% del índice general de libertad humana, el cual mide la seguridad jurídica, la seguridad, la libertad de movimientos de las personas, la libertad religiosa, la libertad de asociación, políticas y civiles, la libertad de información y expresión, y las libertades vinculadas a matrimonios del mismo sexo y divorcios.
El índice de libertad económica pondera en un 42% del índice general y mide el tamaño del estado, la carga impositiva, el sistema legal, la independencia judicial, los derechos de propiedad, la fortaleza de su moneda y la inflación, la libertad de comercio internacional, el tamaño de la economía paralela, el control de capitales y de cambios, el mercado de crédito y el control de la tasa de interés, las regulaciones laborales y las licencias, trabas y regulaciones para hacer negocios.
Normalmente en la mayoría de los países ambos subíndices muestran un comportamiento similar, es decir que lo normal es ver que ambos índices muestran una alta correlación, mucha o falta de libertad ambos, pero también hay excepciones, como Hong Kong con mucha libertad económica y baja libertad personal, o Argentina con alta libertad personal y muy baja libertad económica.
Hay una fuertísima correlación entre el ingreso per cápita de los países y el índice de libertad humana, donde a mayor índice, mayor ingreso. El ingreso per cápita del 25% de los países de mayor índice humano (el estudio incluye 165 países de todos los continentes) era de USD 48.748 en 2019, el siguiente cuartil de USD 22.169, luego de USD 9,191 y el último de SDU 11. 259. Estos números no ameritan ni comentarios ni conclusiones adicionales. Impresiona ver la similitud entre los resultados de los países de distintas regiones o continentes y la paridad que tienen sus componentes.
También hay una fuertísima correlación de 0,87 (máximo 1) entre democracia y el índice de libertad humana, o sea a mayor democracia, mayor índice de libertad humana.
Los 15 países con mayor índice están localizados en Europa, Oceanía y Norteamérica siendo en orden los mejores calificados Suiza, Nueva Zelanda, Dinamarca, Estonia, Irlanda, Finlandia, Canadá, Australia, Suiza, Luxemburgo, Holanda, Islandia, Noruega, Reino Unido y Estados Unidos. China ocupa el puesto 150/165, y los últimos lugares son ocupados por países africanos, de Medio Oriente y Venezuela (164/165).
Analizando los resultados de Latinoamérica y Caribe, que suman 26 países encontramos que los 5 mejor calificados son Chile, Uruguay, Costa Rica, Bahamas y Panamá, siendo los 5 con más baja calificación, comenzando por el más bajo, Venezuela, Nicaragua, México, Bolivia y Colombia.
Veamos por último la calificación argentina, en su región y en el mundo y su evolución en los últimos 4 años (2015-2019), en los que hay medición. Vemos que la medición coincide con la terminación del Gobierno de Mauricio Macri y no tiene datos posteriores a partir de la pandemia y el nuevo presidente Alberto Fernández.
Como ya anticipamos, Argentina muestra un comportamiento muy desigual en los subíndices analizados. En Latinoamérica y Caribe ocupa el puesto 18/26 en el índice general, y el puesto 3/26 en el índice de libertades personales, y el puesto 25/26 en el índice de libertad económica, solo superando en este último a Venezuela. En el índice Global Argentina ocupa el puesto 74/ 165, ocupando el puesto 34/165 en libertades personales, y el puesto 153/165 en libertad económica. Vemos claramente que Argentina tiene una muy buena calificación en libertades personales y una pésima calificación en libertades económicas. Yendo más a detalle dentro de los subíndices Argentina está muy mal calificada en estado de derecho, independencia judicial, derechos de propiedad, eficacia de la policía, impuestos, tamaño del gobierno, macroeconomía e inflación, libertad de comercio y regulaciones. Por el contrario, muestra muy buenas calificaciones en seguridad, libertad de movimiento, libertad religiosa, libertades civiles y de expresión, prensa e información.
Y cual fue la evolución de Argentina durante la presidencia de Cambiemos 2015-2019. El índice general de libertad humana se mantuvo casi sin variaciones (7,23 a 7,38), mejorando muy levemente, pasando del puesto 77 a nivel global al puesto 74, una mejora de tres posiciones. En el índice de libertad económica tuvo una leve mejora (paso de una calificación de 5,23 a 5,50), al igual que en el índice de libertad personal (pasó de 8,65 a 8,73).
¿Qué conclusiones podemos sacar de este interesante y muy serio estudio? Que la riqueza y la democracia van atadas directamente a la libertad, que aquellos países con índices mayores de libertad a la vez gozan de ingresos varias veces superiores al resto. Que Argentina, único país del mundo que pasó de ser desarrollado a ser subdesarrollado, se encuentra algo por encima de la media de países en el índice general, pero lo logra gracias a libertades humanas muy buenas y pésima libertad económica, estando entre los 10 países peor calificados del mundo. Los resultados a la vista.
Otra conclusión que impresiona es que con la clase política actual no hay esperanzas de un cambio: 80% aproximadamente de los votos en la última elección han sido en favor de los peronistas, el PRO y la UCR. Hemos resaltado la evolución del índice durante el gobierno de Cambiemos, que vino con un discurso de reformas de fondo, y no fue más que un continuar de lo existente.
Pero a diferencia de otros años ahora hay esperanza. Tenemos nuevos partidos liberales que nos pueden dar una nueva oportunidad como nunca ha existido en las últimas décadas. Los jóvenes ya lo han percibido y los apoyan en forma importante, como vimos en las últimas y recientes elecciones. Los liberales y los jóvenes tenemos la misión de mostrar una alternativa, de hacerla conocer y explicar con estadísticas, comparaciones contundentes, como es posible progresar y ser felices, y es de la mano de mayores libertades particularmente en nuestro país para emprender, trabajar, comerciar de la mano de una moneda fuerte, estabilidad macroeconómica, división de poderes y estado de derecho. La receta es muy muy muy simple. Están a la vista sus resultados. ¡No dejemos escapar esta nueva oportunidad!
El autor es Presidente de la Fundación Atlas para una Sociedad Libre.
- 16 de diciembre, 2024
- 17 de diciembre, 2024
- 16 de diciembre, 2024
Artículo de blog relacionados
- 6 de diciembre, 2016
Por Jeffrey A. Trachtenberg The Wall Street Journal El magnate petrolero de Oklahoma,...
8 de septiembre, 2008- 26 de febrero, 2021
- 4 de octubre, 2020