La caballería al rescate
En pocos días el pueblo estadounidense participará en las elecciones de medio termino de 2022. Estos comicios han sido considerados cruciales por los dos grandes partidos y algunos se han referido a ellos como una oportunidad paar que venga la "caballería al rescate".
Los resultados de las últimas elecciones celebradas en noviembre de 2020 han sido cuestionados y es muy probable que hayan dejado una marca de gran desconfianza en el electorado respecto de la confiablidad del recuento de los votos en las que tendrán lugar este próximo martes.
El partido en el poder desde enero de 2021 ha emprendido una clara política económica socialista y una intensa campaña de desinformación en clara complicidad con la mayor parte, si no todos, de los medios de comunicación y algunas de las agencias de seguridad. La actual administración ha implementado también medidas en muchos ámbitos sociales y económicos que podrían considerarse contrarias a la Constitución y el Estado de Derecho.
No hay un liderazgo claro dentro de los confines del gobierno que denote una oposición decisiva y firme a la ruta del socialismo en curso que ya ha impregnado, corrompido y controlado muchas organizaciones civiles, instituciones financieras y comerciales privadas junto con ámbitos castrenses.
Hay algunas señales en este camino que deben ser consideradas incluso en el caso de que los resultados de las elecciones legislativas favorezcan de manera abrumadora la "vía de la recuperación" propuesta por la oposición al actual régimen socialista.
El Partido Republicano no ha sido muy decisivo y contundente en las votaciones sobre algunos temas cruciales especialmente cuando tenían mayoría en el Senado en las últimas décadas, por lo que, aunque los resultados ahora les sean favorables para recuperar esa superioridad numérica es dudoso que actúe de forma concertada para aprobar las medidas que podrían suponer una reorientación en temas cruciales. Varios de los denominados “republicanos sólo de nombre" se pondrán del lado de las fuerzas opositoras diluyendo la mayoría obtenida en las urnas.
En cuanto a la posible mayoría en la Cámara de Representantes, es importante recordar que cualquier medida que pueda desafiar o alterar el camino ya emprendido por la actual administración, recibirá irremediablemente el veto del Poder Ejecutivo sin que existan los votos en el Congreso para anularlo. La Cámara se avocará más a la investigación de los asuntos del pasado y de los viejos mandatos que a la reducción de los gastos gubernamentales. Se puede pensar que el poder de la Cámara, en estas circunstancias, servirá tan solo para "no hacer más daño".
Existe preocupación por la honestidad y la veracidad en el arqueo de los sufragios en la noche del 8 de noviembre. Hay varios Estados que podrían tener márgenes muy estrechos en el conteo final a fin de declarar un claro ganador. Esta es una excusa extremadamente conveniente para retrasar los resultados finales durante días o semanas en una secuencia de eventos que puede ser oscura para los observadores distantes y claramente ventajosa para algunos candidatos demócratas. Entre algunos de estos estados se encuentran Pennsylvania, Georgia, Michigan, Arizona, Nevada y Washington.
Inquieta considerablemente el hecho de que después de dos años de políticas bastante socialistas que han tenido como resultado el deterioro del progreso económico, la puesta en peligro de la seguridad del país a través de una política de puertas abiertas en la frontera sur y el debilitamiento de la posición en materia de política exterior, varias encuestas indican que la actual Casa Blanca recibe la aprobación de aproximadamente el 40% del electorado. Entonces hay que plantearse si ¿podrán los resultados de estas próximas elecciones hacer mella en el camino hacia el socialismo total?
Los resultados de las políticas económicas de la actual administración han traído una inflación preocupante a las puertas del ciudadano común que eventualmente resultará en una recesión que afectará a todos los niveles de las diferentes escalas sociales.
Esta probable recesión tendrá lugar durante la segunda mitad de la presidencia demócrata y estará en el tapete durante los meses previos a las elecciones presidenciales de noviembre de 2024. No cabe duda de que la actual maquinaria política socialista al frente de la Casa Blanca tendrá muchas oportunidades de cargar esa recesión directamente a los hombros de los republicanos que tendrán que dedicar amplios esfuerzos durante las campañas presidenciales para defender y oponerse a esas acusaciones, careciendo de todas las ventajas que brinda el hecho de ocupar la presidencia y del apoyo de la prensa nacional e internacional.
En definitiva, los tan esperados resultados de las elecciones intermedias serán de escasa utilidad para oponerse a la socialización en curso del país y muy probablemente contribuirán negativamente a la campaña para recuperar el control de la Casa Blanca. Una vez que las fuerzas socialistas toman el control del gobierno e impregnan las instituciones educativas, la prensa, las fuerzas armadas y la dirección de las grandes corporaciones, es muy poco lo que se puede hacer para detener la marcha del socialismo hacia su objetivo final de poder absoluto, cercenamiento de la libertad y generación de miseria.
Las fuerzas conservadoras, por su parte, tienen grandes esperanzas de poder iniciar un cambio al rumbo emprendido desde el 2021 y lograr alguna recuperación de los principios fundamentales de la Nación.
- 23 de enero, 2009
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