El seguro de los depósitos de la FDIC, el riesgo moral y los ciclos de auge y depresión
El repentino colapso del Silicon Valley Bank y la respuesta de los reguladores han reavivado los debates sobre el seguro federal de los depósitos y sus peligros. En primer lugar, algunos antecedentes. El viernes 10 de marzo de 2023, el Silicon Valley Bank fue cerrado y la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (Federal Deposit Insurance Corporation o FDIC por su sigla en inglés) fue designada sindico. El siguiente lunes, la FDIC expresó en un comunicado de prensa que "hoy [la FDIC] transfirió todos los depósitos -tanto asegurados como no asegurados- y sustancialmente todos los activos del antiguo Silicon Valley Bank de Santa Clara, California, a un 'banco puente' de reciente creación y de servicio completo operado por la FDIC, en una acción tendiente a proteger a todos los depositantes del Silicon Valley Bank. . . . Todos los depositantes de la institución serán resarcidos".
La FDIC tomó la inusual medida de garantizar todos los depósitos asegurados y no asegurados del Silicon Valley Bank en virtud de las facultades de emergencia por "riesgo sistémico". El límite actual de cobertura del seguro de la agencia en circunstancias ordinarias es de 250.000 dólares por depositante, por banco asegurado por la FDIC y por tipo de cuenta, como cuenta corriente, de ahorro, depósito en el mercado monetario o certificado de depósito. Los reguladores federales también decidieron proteger plenamente a todos los depositantes del Signature Bank de Nueva York, al que habían clausurado el 12 de marzo. Se ha especulado con que la plena protección de los depositantes sea ahora la política de facto de cara al futuro.
Desde hace mucho tiempo, los economistas y otras personas han reconocido y debatido los problemas que plantea el seguro de los depósitos impuesto por el gobierno. Warren C. Gibson, economista del American Institute for Economic Research, describe los peligros del seguro de los depósitos:
El seguro de los depósitos genera riesgo moral: un incentivo para adoptar un comportamiento más imprudente cuando las fechorías de uno son solventadas por otros. Los directivos de los bancos tienden a otorgar préstamos más arriesgados de lo que lo harían sin el seguro, y los depositantes no se preocupan por las prácticas crediticias de los bancos que utilizan. En la actualidad, muchas personas, entre las que me incluyo, adquirimos certificados de depósitos bancarios a través de corredores de bolsa online, quizás sin saber siquiera el nombre del banco que ha recibido nuestro dinero. Las mágicas letras “FDIC” son todo lo que buscamos.
El presidente Franklin Roosevelt, que promulgó la ley de la era del New Deal que instauró la FDIC en junio de 1933, sostuvo en marzo de 1933 que estaba de acuerdo con Herbert Hoover en que el seguro de los depósitos daría lugar a un comportamiento más arriesgado:
En cuanto a la garantía de los depósitos bancarios, puedo darles mi propia opinión, y creo que la de la antigua administración. La idea general que subyace tras el empleo de la palabra "garantía" con respecto a los depósitos bancarios es que se garantiza tanto a los bancos malos como a los buenos. En el momento en que el gobierno comienza a hacer eso, el gobierno se topa con una probable pérdida. . . . No deseamos que el gobierno de los Estados Unidos sea responsable de las equivocaciones y errores de bancos individuales y que en el futuro se premie a la banca insolvente.
Pero eso es exactamente lo que ha ocurrido.
Las garantías de los depósitos generan riesgo moral: un comportamiento más arriesgado en el sector bancario. El seguro federal de los depósitos no garantiza los beneficios de los bancos, pero sí incentiva a los ejecutivos a asumir riesgos socialmente excesivos a sabiendas de que las pérdidas de los depositantes estarán respaldadas hasta el límite establecido por el gobierno federal. Después de ver las respuestas de los reguladores al colapso del Silicon Valley Bank y del Signature Bank, sería entendible concluir que, efectivamente, ya no existe un límite máximo de cobertura. (Para un ejemplo numérico de cómo el seguro de depósitos incentiva acciones más arriesgadas por parte de los ejecutivos bancarios, véase la columna de Matt Levine "SVB Took the Wrong Risks"). Las decisiones de inversión más arriesgadas por parte de los bancos a menudo alimentan ciclos económicos de auge y depresión más severos, con riesgos que se acumulan a lo largo del tiempo a medida que los límites de cobertura de los depósitos se han ido incrementando.
Entre los riesgos excesivos del Silicon Valley Bank estaba la decisión de los ejecutivos de invertir entre el 55% y el 60% de los activos del banco en títulos de renta fija, como los bonos del gobierno de los EE.UU. a largo plazo, exponiendo al banco a un grave riesgo de las tasas de interés (también llamado riesgo de duración) en un momento en que la Reserva Federal se encontraba subiendo las tasas de interés de modo significativo en un esfuerzo por controlar la inflación. Cuando el riesgo de duración se disparó, el banco quedó muy expuesto al riesgo de falta liquidez en caso de que se produjera un retiro masivo de depósitos, algo que ocurrió rápidamente entre los depositantes del banco, que estaban bien informados y actuaron como un rebaño. Como ha señalado un banquero experimentado, "el riesgo es el precio que nunca pensaste que tendrías que pagar", pero los accionistas del Silicon Valley Bank pagaron un alto precio.
Muchos destacados historiadores del dinero y la banca han criticado al seguro gubernamental de los depósitos. George A. Selgin, investigador asociado senior y director emérito del Centro para las Alternativas Monetarias y Financieras del Cato Institute y profesor emérito de economía de la University of Georgia, opinó en 2022 que: "El seguro de los depósitos fue una forma de colectivizar las pérdidas; pero no hizo nada para reducirlas. Al contrario: al introducir el riesgo moral, empeoró las cosas. De ahí el fracaso de tantos sistemas estatales de seguro de los depósitos".
Lawrence H. White, profesor de Economía de la George Mason University e investigador asociado del Independent Institute, testificó ante el Congreso en 2011:
El seguro federal de los depósitos, desde su nacimiento en la década de 1930, ha significado que un banco comparativamente riesgoso (uno con capital menos adecuado para cubrir las pérdidas potenciales en su cartera de activos) ya no se enfrente a una penalización en el mercado de los depósitos minoristas. Los depositantes asegurados carecen de incentivo alguno para buscar un banco seguro, por lo que ya no exigen una tasa de interés más alta para otorgarle sus depósitos. De esta forma, la asunción de riesgos se encuentra eficazmente subsidiada. Los intentos de poner un precio al seguro de depósitos en función del riesgo, con el fin de recrear una penalización por mantener una cartera bancaria más riesgosa, fueron ordenados por la Ley de Mejora de la FDIC, pero el intento ha fracasado. El fondo de seguros de la FDIC se ha agotado por las quiebras bancarias, y ahora tiene un saldo negativo. Los contribuyentes pagan el pato de una banca moralmente peligrosa que la FDIC ha fomentado. Hay que encontrar alguna forma de hacer retroceder y, en última instancia, acabar con el seguro federal de los depósitos. . . .
El sistema bancario estadounidense del siglo XXI está crónicamente debilitado por los privilegios gubernamentales (especialmente el seguro de los depósitos respaldado por los contribuyentes y los rescates financieros de aquellas entidades "demasiado grandes para quebrar" respaldados por los contribuyentes) que generan riesgo moral. Los bancos sacan provecho de estas garantías manteniendo carteras de activos demasiado atestadas de riesgo de impago y de riesgo de las tasas de interés. Financian sus carteras con un apalancamiento excesivo (demasiada deuda y capital propio insuficiente). En lugar de intentar colocar otro parche, el Congreso debería tratar de desmantelar las restricciones y los privilegios que han dejado al pueblo estadounidense ensillado con un sistema bancario insalubre.
Scott B. Sumner, Ralph G. Hawtrey Catedrático Emérito de Política Monetaria en el Mercatus Center de la George Mason University e investigador asociado del Independent Institute, señaló en marzo de 2023,
El seguro de los depósitos da a los ejecutivos bancarios un incentivo para asumir riesgos socialmente excesivos. En algunos casos, los riesgos no valdrán la pena. Pero eso no significa que los ejecutivos no tengan un incentivo para asumir riesgos excesivos. . . . "Cara gano yo, cruz, parte de mis pérdidas las pagan los contribuyentes". Claro que yo asumiría más riesgos con esas probabilidades. . . . Hay que abolir el seguro de los depósitos.
Esta era también la opinión del economista estadounidense Murray N. Rothbard, que abogó en 1995 por "la abolición de la ya en quiebra Corporación Federal de Seguro de Depósitos". El concepto mismo de 'seguro de los depósitos' es fraudulento; ¿cómo se puede 'asegurar' a toda una industria que es inherentemente insolvente? Sería como asegurar el Titanic después de que chocara con el iceberg". (Para más información sobre la opinión de Rothbard sobre el seguro gubernamental de los depósitos, véase Murray Rothbard Was Right: Deposit “Insurance” Is Not Insurance at All).
El gobierno federal había generado prácticas bancarias moralmente peligrosas al incrementar el límite de cobertura de la FDIC, a partir de 1934, cuando comenzó el programa:
- Enero de 1934: el límite de la FDIC se fijó en $2.500 (54.000 en dólares actuales) en respuesta a la Gran Depresión.
- Julio de 1934: el límite es aumentado a $5.000 (109.000 dólares actuales) en respuesta a la Gran Depresión
- Septiembre de 1950: límite es incrementado a $10.000 (121.000 en dólares actuales)
- Octubre de 1966: el límite se eleva a $15.000 (135.000 dólares actuales) en respuesta a los resultados de una encuesta.
- Diciembre de 1969: aumento del límite a $20.000 (159.000 en dólares actuales).
- Noviembre de 1974: incremento del límite a $40.000 (237.000 en dólares actuales) como respuesta a la inflación.
- Marzo de 1980: el límite se eleva a 100.000 dólares (355.000 en dólares actuales), una respuesta drástica a la elevada inflación de los años setenta.
- Octubre de 2008: el límite es elevado a 250.000 dólares (340.000 en dólares actuales) en respuesta a la Gran Recesión + instituciones "demasiado grandes para quebrar" en pleno apogeo, con el Departamento del Tesoro de los EE.UU. estableciendo varios programas en el marco del Troubled Assets Relief Program (TARP) de 475.000 millones de dólares, el mayor programa destinado a estabilizar a las instituciones bancarias, y la Reserva Federal llevó a cabo intervenciones políticas sin precedentes, incluidos los programas de préstamos establecidos para las instituciones financieras en dificultades
- Marzo de 2023: ¿Ya no hay límite? La FDIC protege plenamente a todos los depositantes, tanto asegurados como no asegurados + el Departamento del Tesoro de los EE.UU. pone a disposición hasta 25.000 millones de dólares del Fondo de Estabilización Cambiaria + la Reserva Federal crea un nuevo Programa de Financiación Bancaria a Plazo que ofrece préstamos a instituciones financieras que pignoren activos como garantía.
Sin duda, la próxima vez que un banco se encuentre en una situación similar a la del Silicon Valley Bank o el Signature Bank, los depositantes esperarán un tratamiento idéntico por parte de los reguladores, y la presión política para tal tratamiento será implacable (un estudio estima que cientos de bancos podrían estar acercándose a posiciones similares). Si los ejecutivos de los bancos actúan como si la protección total de los depositantes es ahora la norma a seguir, aumentará el riesgo moral y se tomarán decisiones de inversión y operativas más arriesgadas.
Los legisladores federales de ambos partidos políticos han creado un sistema bancario insalubre amontonando riesgos morales cada vez mayores a lo largo del tiempo. Debido a los rescates de los bancos "demasiado grandes para quebrar" y a las garantías de los depósitos de "riesgo sistémico", los ciudadanos de a pie están pagando el precio del riesgo moral resultante con bancos frágiles, decisiones de inversión distorsionadas (malas inversiones) y ciclos interminables de auge y depresión de la economía. Ya es hora de abolir el seguro gubernamental de los depósitos.
Traducido por Gabriel Gasave
Lawrence J. McQuillan es Asociado Senior en el Independent Institute, Director del Centro para la Innovación Empresarial y autor del libro del Instituto, California Dreaming: Lessons on How to Resolve America’s Public Pension Crisis.
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