Algunas cuestiones disputadas del anarcocapitalismo (XCIV): lecturas para el verano de 2024
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Como todos los años en verano me atrevo a sugerir algunas lecturas, tengan que ver o no estrictamente con el anarcocapitalismo. Creo que pueden reforzar sus argumentos en uno o varios puntos. No son libros necesariamente fáciles de leer, e incluso algunos son difíciles de encontrar. Es necesario recurrir a bibliotecas físicas, al no estar digitalizados. Pero el que lea esto supongo que compartirá con el autor de estas líneas el placer de encontrar algún libro desconocido que pueda mejorar su comprensión del mundo o le ofrezca algún tipo de placer intelectual.
Libro del año: El precio del tiempo
No me gusta demasiado comentar novedades, pues creo que el paso del tiempo acaba colocando a cada uno en su sitio. Pero creo que este año voy a destacar dos. La primera, que es a mi entender el libro del año, es El precio del tiempo de Edward Chancellor publicado en 2024 en la editorial Deusto. Raros son los libros sobre el papel del tiempo en la economía y la sociedad, quitando a los autores austríacos que lo consideran uno de los principios generales de la acción humana. El autor es consciente de ello y hace un uso efectivo y respetuoso de la teoría austríaca de la preferencia temporal como determinante última de la tasa de interés.
Tras una erudita historia de las diversas visiones del interés en la historia del pensamiento económico, el autor se decanta por las que ponen al tiempo como factor principal y resalta los peligros de olvidarlo. El libro a veces asusta, como cuando relata cómo la manipulación artificial de las tasas de interés por los bancos centrales, instituciones tan políticas como la policía o el tribunal constitucional, condujeron hasta hace poco tiempo a algo aparentemente imposible, como son tipos negativos. Las consecuencias no son tan alegres como puede parecer. Derivaron en la quiebra de aseguradoras y fondos de pensiones, con consecuencias que pudieron ser dramáticas para millones de pensionistas. Muchos de ellos pudieron quedar sin poder hacer uso de los ahorros de toda una vida.
La derrota de Occidente
El segundo libro es también pesimista, La derrota de Occidente, de Emmanuel Todd. En él se describe el lento declive, demográfico, político y cultural, de las principales sociedades de lo que antes se llamaba Occidente. Sociedades que antes lideraban el mundo económico y cultural y eran modelo de referencia en lo político, viven ahora estancadas y envejecidas. No son ya un modelo en nada para el resto del mundo.
Todd no se caracteriza por ser especialmente religioso. Pero afirma, casi reviviendo las viejas tesis weberianas del origen religioso del capitalismo, que buena parte del estancamiento se debe a la pérdida de valores religiosos. El libro, sin defenderlo explícitamente, reconoce que para que una sociedad capitalista se mantenga vigorosa es necesario que cuente con algún valor extraeconómico, en este caso religioso, que la refuerce y en última instancia proteja los valores que la hicieron triunfar.
El burgués
Quisiera también recomendar un par de libros sobre el origen del capitalismo. Creo que el capitalismo es un concepto que aún hoy no se comprende bien y que es necesario clarificar, y sobre todo explicar su origen. Por eso recomiendo El burgués, de Werner Sombart, Alianza, Madrid, 1972. Sombart fue el verdadero popularizador del concepto de capitalismo. De hecho casi todos sus libros incorporan el concepto en su título (El burgués fue traducido al inglés como la Quintaesencia del capitalismo).
Pero no es un autor muy popular entre los liberales, en especial entre los austríacos. Fue el discípulo predilecto de Schmoller, gran enemigo de la escuela. Tampoco las acusaciones que recibió de ser próximo al nazismo ayudan. Y aunque hay discusiones sobre su implicación real, dichas acusaciones no son falsas del todo. Además, muy poco de su obra haya sido traducido al inglés. Y la popularidad o no de un autor desgraciadamente depende de la popularidad en los ámbitos académicos anglosajones.
Esto hace que no sea un autor muy conocido entre nosotros, a pesar de que sí cuenta con numerosas traducciones al castellano, como la que aquí reseñamos. En ella se identifica, correctamente a mi entender, como una tecnología apta para tratar racionalmente los fenómenos económicos. El capitalismo es contabilidad de doble columna nos viene a decir Sombart. Y esta una idea que rara vez es recordada en el análisis de sistemas económicos.
Los orígenes del capitalismo
En la misma línea quisiera resaltar un pequeño libro, Los orígenes del capitalismo, del sociólogo histórico francés Jean Baechler, (editado en Península, Barcelona, 1976). Por desgracia, Baechler ha sido muy poco traducido al castellano. En él se narra cómo la fragmentación política europea contribuyó al desarrollo, del capitalismo, algo que un gran estado como el chino no pudo conseguir. La razón es que el capitalismo nació en pequeños territorios inmunes a poderes externos que podrían haberlo ahogado fácilmente en sus inicios. Una vez adoptado, y dado el desarrollo conseguido a los demás estados no les quedó más remedio que imitarlo, bajo la amenaza de quedarse atrasados y fuera de la competición política en el muy competitivo espacio europeo.
En esta línea, cabe destacar otro poco conocidp libro, La fuente impura, del viejo tory John Laugland, (editado en Andrés Bello, Chile, 2001). Hace referencias a la visión monetaria de la escuela austríaca- El autor lleva a cabo, desde una perspectiva británica a pesar de que el autor es profesor en una universidad francesa, una crítica muy profunda a la deriva centralista de la Unión Europea.
Resultó premonitorio con el tiempo, pues fue escrito bastante tiempo antes del Brexit. Su conclusión es clara, el verdadero europeísmo debería ser contrario a la UE, dado que Europa nunca en su histroia estuvo unida- Tal unidad va contra su propia esencia cultural. No conozco libro mejor al respecto, pero por desgracia sus ideas no han sido desarrolladas todo lo debido. Lo polémico de su autor, sobre todo en cuestión de relaciones internacionales, tampoco parece haber ayudado mucho a la difusión de este gran libro.
La tragedia de la drogadicción
Cambiando de tema, me gustaría recomendar un libro del economista argentino Alberto Benegas Lynch. Especialmente porque parece ser un tema que el presidente Milei ha prefiro no abordar en su programa de gobierno. Me refiero a su libro La tragedia de la drogadicción (ediciones Lumiere, Buenos Aires, 2006). En él se abordan desde el punto de vista económico y social las consecuencias de la interdicción de algún producto o sustancia. La prohibición de las drogas, como las cualquier otro producto, tiene una serie de consecuencias no previstas sobre los mercados (subida de precios, bajada de calidad, imposibilidad de reclamar en caso de incumplimiento etc). Pero también sobre la sociedad, que se ve alterada por la aparición de grupos organizados para la venta de la sustancia, con sus secuelas de corrupción y violencia. Esta última deriva de la imposibilidad de acceso a la justicia ordinaria.
También afecta a la política y a la salud pública, al ser el producto consumido sin ningún tipo de referencia científica con respecto a las dosis. Y muchas veces se corta con todo tipo de sustancias nocivas. Ya se vió claro lo que aconteció con la ley seca, y parece que se está repitiendo el mismo esquema. No es el profesor Benegas un hippie revolucionario, sino un profesor católico y conservador que simplemente advierte, desde la teoría económica austríaca, de las consecuencias de la prohibición. Merece ser leido y cuando menos discutido, aunque sea un tema muy agradable de tocar.
Cambio social e historia
Otro libro que me gustaría recomendar es uno al que tengo especial aprecio, el otro viejo libro el de Robert Nisbet, Cambio social e historia (Editorial Hispano-Americana, Barcelona, 1976). Nisbet es problamente el conservador que más que se aproxima a las tesis libertarias en sus escritos y este libro es buena prueba de ello. En el se analiza la idea de progreso y cómo esta no deja de ser una de las ideas de la Ilustración tendentes a demostrar que el mundo actual es mejor que el antiguo. No dudo que así lo sea en aspectos como los relativos al nivel de vida o al desarrollo económico, pero no necesariamente en otros aspectos, especialmente en los morales.
Nuestra época privilegia sobre todo la economía, pero olvida que el desarrollo económico se sustenta en valores y principios hoy olvidados. Su pérdida bien pudiera llevar a que tal desarrollo termine por acabarse. El libro desmitifica la idea de progreso y creo que es un buen recordatorio de cómo los evidentes avances conseguidos no han caido del cielo. Es bueno recordar en estos tiempos en que se han olvidado los principios que nos han hecho prósperos que el abandono de estos pueden hacernos volver a lo que había antes. Una excelente lectura, se esté o no de acuerdo con lo que dice, y al tiempo es una muy buena introducción a la obra de este autor, creo que injustamente olvidada.
En camino
A mi me gustan mucho los relatos sobre la cultura académica y la vida social en los tiempos del comunismo soviético, por eso quiero recomendar un muy interesante, y también poco conocido libro, sobre los esfuerzos de los matemáticos y planificadores soviéticos para resolver el problema del cálculo. En un ensayonovelado Sufford nos desvela de forma muy amena los problemas que estos confrontaban y como al final, viendo que era imposible resolver las ecuaciones dinámicas a pesar de contar con matemáticos de primera línea como Kantorovich, tenían que salir a media mañana a preguntarle a las vendedoras del mercado negro los precios de los bienes para aplicarlos a la elaboración del plan quinquenal. Un libro excelente que ilustra en la práctica muchos de los problemas teorizados por los austríacos.
Para finalizar una novela que no tiene que ver con la temática de esta página, En camino, de Joris-Karl Huysman (Homo Legens, Madrid, 2006), autor al que quizás alguno de ustedes conozca como uno de los grandes profetas del decadentismo de fines del XIX. En este libro un Huysman ya convertido al catolicismo hace uso de sus temas habituales y con la brillantez de siempre para formular una suerte de decadentismo desde el punto de la Iglesia. Es tan bueno , o mejor incluso, que cualquiera de sus otros libros, pero quizás por su religiosidad menos conocido y difundido. Una joya de lectura para quien le gusten estos temas, que intuyo serán pocos.
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