¿Es posible renovar una civilización?

Los países de América, Europa y Oceanía, así como de parte de Asia, atraviesan por un “momento civilizatorio” que nos exige luchar por la libertad, la prosperidad y el florecimiento humano.  No es la primera vez.  La civilización occidental se repuso de dos terribles amenazas en el siglo XX: el nazismo de Adolfo Hitler y el totalitarismo comunista de Vladimir Lenin y José Stalin.  Ahora, perdemos “nuestra conexión decisiva con la dinámica que inspiró” nuestra civilización, escribe en Our Civilizational Moment el autor inglés Os Guinness.  Tenemos tres alternativas: renovar, reemplazar, o simplemente dejar morir ese cúmulo de valores y prácticas que dan contenido al concepto de “Occidente”.

Algunos intelectuales famosos, como el psiquiatra canadiense Jordan Peterson y los ingleses Neil Ferguson y Douglas Murray, arribaron a la misma conclusión que Guinness.  Juntos formaron la Alianza por una Ciudadanía Responsable (Alliance for Responsible Citizenship, ARC).  ARC es un movimiento político, económico y cultural.  Busca difundir una visión optimista y un mejor relato sobre nuestra herencia común.  Bajo el liderazgo de la parlamentaria de Gran Bretaña, la baronesa Phillipa Stroud, los fundadores de ARC reunieron en Londres a más de 4,000 personas provenientes de todo el mundo, del 17 y 19 de febrero.

A diferencia de otras civilizaciones, extintas y modernas, Occidente asigna un valor infinito a cada persona por ser una criatura hecha a imagen de Dios.  Confía en que somos capaces de encontrar un propósito elevado para nuestra existencia, y tener un impacto positivo en la sociedad. Incluso muchos agnósticos y ateos coinciden en que el judaísmo y el cristianismo sembraron las semillas para esta forma de pensar sobre el hombre.  Hoy, atravesamos una era secular donde desentonan las referencias a Dios, donde reinan la post-verdad y el relativismo moral, y las nuevas generaciones tienen escasa comprensión de aquellas semillas fundacionales.  En consecuencia, se avergüenzan de lo que recibieron en herencia.  Tienen la impresión de que pertenecen a una cultura racista, explotadora y destructiva.

Para lograr la renovación anhelada, primero hay que saber qué es lo que queremos rescatar y construir.  Durante largo tiempo permanecimos aletargados; nos hemos distraído con tonterías, como la discusión sobre qué es una mujer.  Con sentido de urgencia, los conferenciantes en el evento de ARC fueron compartiendo con el público cuáles son sus prioridades:  encabezan la lista la libertad de mercado, la libertad religiosa y la libertad de expresión.  El arte y el sentido de la belleza, el talante creativo e innovador para avanzar la ciencia y la tecnología, y un ambientalismo sensato (no anti-humano) son otros tres imperativos.

Vital para la renovación de Occidente es la protección y la defensa de la familia.  Durante la conferencia se habló extensamente de las amenazas que se ciernen sobre la familia.  Mientras el avance tecnológico acarrea beneficios innegables, muchos adolescentes y niños están desarrollando adicciones al uso excesivo de dispositivos digitales.  Además, acceden a contenidos inmorales y dañinos.  Las nuevas generaciones posponen el matrimonio y muchas parejas nunca tienen hijos.  Ello contribuye a una caída dramática en las tasas de fertilidad, y algunos países ya entraron en un proceso de despoblación.  Las escuelas públicas suelen impartir una educación de baja calidad que omite contenidos clásicos, éticos y de emprendimiento; los niños no desarrollan un sentido de agencia y autocontrol.

Vale la pena profundizar en los temas tratados en este evento de ARC y contagiarse de la esperanza por la renovación de nuestra civilización.

La autora estudió Ciencias políticas y Economía en Dartmouth College, en New Hampshire y Obtuvo una maestría en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown, en Washington, D.C. EE. UU.. Es profesora universitaria de análisis económico de la política, desarrollo económico e historia; miembro del Consejo Directivo del Centro de Estudios Económico-Sociales(CEES) y de la Asociación Familia, Desarrollo y Población (FADEP); y de la Sociedad Mont Pelerin.

@RiosCrios